Frank NuñezPerspectiva

Victoria roja contra árbitros azules

Por Frank Núñez

Colaboración/elCorreo.do

 PERSPECTIVA: Desde Vitelio Mejía Ortiz, presidente de la Liga Dominicana de Béisbol (LIDOM), hasta el más humilde fanático de Bánica, Loma de Cabrera o Sabana de la Mar, coinciden en que la recién pasada serie final de la pelota dominicana, entre los Leones del Escogido y los Tigres del Licey, resultó una de las cinco más electrizantes en toda la historia de la pelota profesional del país. El aspecto cuestionable del espectáculo seguido por millones de dominicanos en República Dominicana y todo el mundo, estuvo en la evidente parcialización de los árbitros en favor del equipo azul, que rayó en la desvergüenza más descarada.

Solo el evidente masoquismo de la directiva de los Leones del Escogido, incluido su manager Albert Pujols, puede explicar que un pelotero que pisa la primera antes de llegar la pelota al guante de un inicialista con el pie fuera de la almohadilla pueda ser decretado out ante la vista de millones de personas que seguían el penúltimo partido por canales convencionales, You Tube, Instagram, Twitter, ahora X, Facebook y otros medios, sin que se produjera ni siquiera una protesta por parte del equipo perjudicado de la injusta, ridícula y poco profesional de los árbitros parcializados.

El colmo de todos los colmos, que provocó el estupor colectivo de la fanaticada roja, indefensa ante los estrategas indiferentes de los Leones, fue cuando después de un imparable, los árbitros parcializados hicieron una reunión conjunta para declararlo out, porque supuestamente el auxiliar de primera hizo un contacto indebido con el corredor.

Tras la victoria de los Leones del Escogido, lograda en base al martirio, el heroísmo, la decencia y el respeto al fanático de sus peloteros, tanto las directivas del equipo ganador como la del derrotado, junto a las demás entidades similares, debieran ver uno por uno en las pantallas de sus computadoras los juegos de la serie final del beisbol profesional de la República Dominicana de este enero del 2025, para que comprueben, alejados de la pasión propia de toda competencia en lo que ahora se llama “la industria del béisbol”, lo que aquí comentamos.

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En corrillos periodísticos se comenta que las Águilas Cibaeñas no hubieran soportado las injusticias que soportaron los peloteros del Escogido en la Serie Final de este año. Desde el primer juego hasta el último, todas las jugadas cerradas, en las bases, en los lanzamientos y las protestas para que se aclararan situaciones, siempre los falsos árbitros favorecieron a los azules.

El manejo que se hizo con la petición del manager Pujols no pudo ser más estúpido e irrespetuoso para la fanaticada y la población en general. Y es que, si existía alguna sospecha, la misma debió aclararse ante los ojos de todo el mundo que gracias a la tecnología de las comunicaciones seguía el partido de pelota. Incautarlo, ocultarlo para de manera furtiva hacer una “investigación” fue una burla imperdonable a la inteligencia del mundo.

Que sepan Vitelio Mejía Ortiz y todos los dirigentes de la pelota, que la actuación de los árbitros no hizo daño a los Leones del Escogido y sus heroicos peloteros, aunque sufrieron sus humillaciones y burlas. El gran daño terminaron haciéndolo a los Tigres del Licey, porque empañan el brillo de sus coronas ganadas en temporadas anteriores, ante un mundo que ahora puede ver lo que antes no se veía.

Hacemos este comentario por el bien de la pelota dominicana, integrada por deportistas consagrados, dirigentes honestos y fanáticos apasionados, merecedores de respeto, de manera que pueda mantener la confianza en un pasatiempo que forma parte de nuestra identidad nacional. Concluyo felicitando a los nuevos campeones Leones del Escogido, a los subcampeones Tigres del Licey, que también jugaron con heroísmo, con muchas bendiciones para las Águilas Cibaeñas, Estrellas Orientales, Gigantes del Cibao y Toros del Este, merecedores de mejor suerte a partir de octubre.

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