Reportaje explica por qué exportación, reciclaje y revender baterías usadas es negocio que crece

Redacción/elCorreo.do
SANTO DOMINGO: En 2015, el Ministerio de Medio Ambiente, emitió el Reglamento Técnico Ambiental para la Gestión de Baterías Ácido-Plomo Usadas, mediante la cual esta situación fue reconocida.
Se recuerda que en esa ocasión, el organismo gubernamental afirmaba sentirse preocupada “por la situación actual, sobre la proliferación y aumento de todo tipo de baterías, poniendo especial atención en el reciclaje”.
Un reportaje publicado en la edición de este lunes en el matutino El Día, señala que la regulación del negocio de las baterías “ha provocado que, pese a la rigidez de las reglamentaciones, se haya producido en los últimos años un marcado interés por las acumuladoras usadas”.
Expresa que actualmente hay “mucho misticismo” entre los comerciantes de ese sector y en los que se dedican a exportarlas, cuyo negocio, asegura, “se basa en el traspaso de mano a mano”.
Agrega que en 2017, la República Dominicana exportaba al año dos millones de baterías o el equivalente a 44 mil toneladas, de cuya cantidad, el 15% correspondía a ácido sulfúrico, es decir, unas siete mil toneladas.
“El negocio fue asentándose entre independientes, pero poco a poco la formalidad los fue dejando de lado. Antes habían muchos compradores y se las llevaban para México y Ecuador. También las importaban y de esas hacían otras baterías” comenta un vendedor.
Adujo que luego fueron desapareciendo los pequeños exportadores por reclamos que hicieran los grandes exportadores en el país.
Actualmente, es cada vez menos frecuente observar baterías usadas de venta libre a cielo raso. En algunos lugares del sector de Villa Consuelo en el Distrito Nacional, hay que preguntar a los buscones para encontrarlas.
Ese mecanismo les impide ser detectados con facilidad por los inspectores del Ministerio de Medio Ambiente.
La publicación observa que en el país se exhibe como logro desde hace algunos años el reciclaje de baterías, “utilizando tecnologías amigables con el medio ambiente. Su trato, sin embargo, no deja de causar oposición entre comunitarios”.
Precisa que uno de los casos más sonados fue la lucha emprendida por residentes de Haina, en contra de una empresa recicladora.
La Organización Mundial de la Salud ha dicho que el plomo (principal materia prima de las baterías) se va acumulando en el organismo afectando a diversos sistemas con efectos especialmente dañinos en los niños de corta edad.
“También causa anemia, hipertensión, disfunción renal, inmunotoxicidad y toxicidad en los órganos reproductores”, señala la OMS.
No obstante, el tratamiento de reciclado es visto con buenos ojos debido a que, ninguno de sus componentes es desechado. Se puede reutilizar indefinidamente y se trabajan aleaciones con acero, cinc, aluminio, cobre y estaño.
En otro aspecto, indica que las baterías usadas son definidas como una “que ya concluyó su vida útil y su plástico, el plomo y el ácido son reciclables. Su uso, reciclaje, venta y exportación es regulado por la Ley 64-00 sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales”.