Asesinato de pareja evangélica pone seguridad ciudadana entre signos de interrogación

Redacción/elCorreo.do
SANTO DOMINGO: Una serie de interrogantes que las autoridades dominicanas deberán aclarar con una creíble investigación es la que se haced todo el país, desde el presidente de la República, hasta el más humilde de los ciudadanos, en torno la joven pareja de esposos evangélicos asesinada la noche del martes en Villa Altagracia en incidente calificado de “confuso”.
Pero ¿qué tan confuso fue el incidente, un ataque a tiros que segó la vida de los pastores Joel Díaz y Elisa Muñoz, mientras regresaban de un culto evangélico en Bonao en un carro Kia blanco, similar al que ocupaban unos maleantes perseguidos de los que hasta la fecha no se ha dado ninguna información?
Testigos presenciales del doble crimen aseguran que en el lugar del suceso los agentes policiales practicaban un retén, en el que detenían a los vehículos que pasaban por la vía, en el que se encontró el que ocupaba la pareja. Los testimonios dan cuenta de que al acercarse sus verdugos, la joven Elisa le pidió a su esposo Joel que bajara los cristales, mientras oraba a Dios que tuviera misericordia.
Lo mismo habrían hecho los ocupantes de los demás vehículos, pero la reacción de los agentes contra la pareja fue hacerles los disparos que le provocaron la muerte, hecho que mantiene indignada y consternada a la población.
Lo que todo el mundo se pregunta es, ¿qué necesidad tenían los policías de hacer todos los disparos que realizaron, si en ningún momento sus vidas corrieron peligro, dado que las únicas armas que portaban las víctimas eran sus biblias?
Un sentimiento de temor y desprotección para la ciudadanía es el hecho de que el coronel que comandaba la patrulla asesina, César Maríñez Lora, es señalado en antecedentes criminales que ensombrecen sus actuaciones en operativos como el que puso fin a dos jóvenes vidas la noche del martes en Villa Altagracia.
Se ha comprobado que Maríñez Lora había sido expulsado de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) en mayo del 2012, junto a dos tenientes de la Policía Nacional, acusados de ofrecer protección a una red de narcotraficantes que operaba en la región Este del país, que operaba usando armas y uniformes de la institución.
Esa información, reseñada por el Listín Diario del 25 de mayo del 2012 es la que lleva a la población a preguntarse, ¿si fueron expulsados por hechos tan graves de la DNCD, por qué no fueron sacados también de la Policía y sometidos la acción de la Justicia?
¿Qué poder político, mafioso, económico o militar protegió al coronel Maríñez Lora y acompañantes para seguir llenando de infamias el uniforme del cuerpo del orden?
La supuesta confusión que hasta ahora ha sido enarbolada para explicar el crimen obliga a la Policía y al gobierno a responder todas las interrogantes, de manera que la población pueda creer en las versiones oficiales, puestas en dudas hasta el momento.
La información publicada en Listín Diario el 25 de mayo del 2012
La Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), expulsó ayer a un teniente coronel y a dos tenientes de la Policía asignados al organismo antinarcóticos, acusados de ofrecer protección a una red de narcotraficantes que operaba en la región Este del país, usando uniformes y armas de la institución.
El organismo también recomendó la expulsión de otro teniente coronel vinculado a ese delito.
De acuerdo a una declaración entregada por la DN CD, el coronel de la Policía, identifi cado como César Maríñez Lora, será expulsado en las próximas horas “al determinar que trasponía la cocaína incautada para luego negociarla, sin hacer los reportes de decomiso correspondientes”.
Hasta hace poco, Maríñez se desempeñaba como inspector de la DNCD en Higüey. Había ocupado la misma posición en San Cristóbal, La Vega, Nagua y Miches, entre otras posiciones inferiores desde su ingreso al organismo a fi nales del 2008. La institución identifi có a los expulsados, cuya cancelación defi nitiva fue recomendada por el Poder Ejecutivo, como el teniente coronel Manuel Isaac José Polanco, inspector Regional Sureste con asiento en San Pedro de Macorís, el primer teniente Máximo Ramírez Eustaquio y el segundo teniente Elvin Fulgencio Calderón.
Rosado Mateo indignado
Según la DNCD, Ramírez y Calderón estaban asignados a la inspectoría general Este en La Romana e Higüey, respectivamente.
“Al que yo detecte en actividades delictivas de esta naturaleza le voy a dar en la madre, con todo el dolor de mi alma, con la rabia que implica una traición similar”, advirtió el presidente de la DNCD, mayor general Rolando Rosado Mateo, según una nota de la agencia antidrogas.
Señala que Rosado Mateo conoce a José Polanco desde que era un cadete en la academia policial 2 de Marzo, San Cristóbal. Los otros dos ofi ciales también son académicos, de 34 y 35 años de edad, según la información.
A los tres se les atribuye haber escoltado en San Rafael de Yuma a los miembros de una red para recibir un cargamento de cocaína.
Entre los miembros de esa red figuran los civiles Carlos Eusebio Abreu, Juan Ramón Alberto Guerrero, Luis Manuel Polanco Hiciano y Nerio Olivo García García, precisó la DNCD. Según el informe, los ofi ciales y civiles fueron capturados durante una operación puesta en marcha por la Unidad Élite de la DNCD, junto a ofi ciales de la DEA de EEUU.
José Polanco ingresó a esa institución como inspector de la División Regional Sureste, con sede en La Romana, y de ahí pasó a igual posición en Baní.
Una madre devastada por el dolor
Reseñas periodísticas publicadas en el periódico Hoy relatan que dos días, Elisa Muñoz le mostraba a su madre una ropa de bebé para cuando ella tuviera una niña, su deseo luego que hace poco menos de dos meses contrajo nupcias con Joel Díaz. La pareja de esposos evangélicos no pudo ver su sueño de ser padres, ya que el pasado martes fueron asesinados a manos de agentes policiales en Villa Altagracia.
«Mira mami, para cuando yo tenga mi niña, ése va a ser el vestido, lo voy a guardar porque va a ser hembra mi niña», narraba visiblemente desconsolada la madre de Elisa Muñoz.
Su madre recibió una llamada a las dos de la madrugada, con la que le informaban sobre la muerte de su hija y su yerno.
«Es un abuso. ¿Cómo una persona que le sirve a Dios ellos van a asesinar a una persona así saliendo de un culto. Ella haciendo obras de caridad. Ni le preguntaron ni nada, mira cómo está ese carro con tantos tiros. Tú crees que es justo?«, comentó a los periodistas la madre de Muñoz.
Testimonio de una hermana desconsolada
Entre llantos la hermana de Eliza Muñoz, quien fue muerta a tiros junto a su esposo Joel Díaz a manos de agentes policiales en Villa Altagracia, calificó a su pariente como una persona tranquila.
“Mi hermana vino fue a hacer un culto de la iglesia (a Villa Altagracia). Mi hermana era una pobre infeliz que lo que se dedicaba era a ser obras de caridad para los niños pobres”, apuntó la joven entre lágrimas y desesperación.
Explicó cómo sucedieron los hechos según la persona que se encontraba junto a la pareja de esposos en el vehículo.
“El muchacho testificó y dijo que ellos se pararon porque había un retén. Mi hermana empezó a orar y le dijo a su esposo baja el vidrio y vamos a identificarnos y ellos no dejaron que lo bajara y empezaron a dispararles con armas grandes, dijo.
Al ser entrevistada por RNN, la joven agregó “y mi hermana mientras les entraban a tiros clamaba a Dios y el macho dice que ella le decía al señor que tenga misericordia”.
Huchi Lora pone la “confusión” entre comillas
El veterano periodista Huchi Lora lamentó la muerte de los esposos Elisa Muñoz y Joel Díaz en Villa Altagracia, quienes fallecieron a manos de agentes policiales y cuestionó la forma en sucedió el hecho.
Lora se expresó mediante su cuenta de Twitter, donde condenó el argumento de que el vehículo haya sido confundido.
“Dicen que posiblemente «confundieron» con otro el carro en que transitaban las víctimas. Es decir que si un delincuente comete un crimen en un vehículo que se parece al suyo, usted pasa a la categoría de muerto potencial en cuatro ruedas. Y eso, que hay un plan de seguridad”, escribió el periodista.
En otro tuit agregó “¿Confusión? ¿Es eso un procedimiento policial? Todos los automovilistas corremos riesgo de ser ametrallados, puesto que no sabemos qué criminal tiene un vehículo parecido al nuestro”.
Ambiente en Sabana Perdida
La muerte a tiros de los esposos Eliza Muñoz y Joel Díaz a manos de agentes policiales ha causado consternación en los residentes del sector Cuesta Linda de Sabana Perdida, quienes destacaron la labor altruista de Muñoz en la comunidad.
Para los moradores, que manifestaron haber sido impactados por el proyecto ministerial que encabezaba en la localidad, su muerte no puede quedar impune.
«El barrió amaneció en duelo y queremos todos que se haga justicia», dijo José Alberto Guzmán.
«Ella salió de su trabajo para dar una campaña, ella daba culto todos los viernes», indicó Ángela Sánchez, quien se cuestionaba por qué los oficiales que realizaban el operativo no les pidió a sus vecinos que bajaran el cristal para poder identificarlos.
La joven cristiana realizaba cultos de niños y llevaba charlas motivacionales y de orientación a los adultos. Según manifestaron sus vecinos, el domingo pasado tenía una actividad con mujeres de la localidad titulada «Criando con inteligencia», y hoy tenía un culto de niños en una marquesina prestada que utilizaba para sus eventos.
«Ella era una persona que tenía muchos proyectos bonitos para el barrio, para la juventud y las personas envejecientes», informó Guzmán.
Abinader promete crimen se aclarará y castigará
El presidente Luis Abinader expresó este miércoles su indignación, «rabia y gran dolor» por la muerte de dos pastores evangélicos a manos de la Policía, por lo que advirtió que no tolerará que nadie esté por encima de la ley ni que pueda usarla a su antojo.
«En este Gobierno la vida humana es sagrada. Y no vamos a tolerar que la violencia nazca de las propias fuerzas que deben combatirla», afirmó el primer mandatario.
Informó que dio instrucciones precisas al ministro de Interior y Policía, Jesús Vásquez para la cancelación inmediata de los agentes involucrados en este hecho.
Asimismo, el jefe de Estado instruyó para que se preste todo el apoyo y la ayuda necesaria a las familias de las víctimas con quienes se comunicó por teléfono y les expresó su pesar.
«En este país no caben ya la impunidad, la arbitrariedad ni el abuso. Para nadie, ni con nadie», sentenció el gobernante.
«No podemos deshacer el daño causado, pero si les puedo asegurar que se hará justicia«, advirtió el mandatario.