PerspectivaTony Perez

Pedernales 64 años, ante gran desafío del turismo

Por Tony Pérez

Colaboración/elCorreo.do

PERSPECTIVA: Este 1 de abril de 2022, la provincia Pedernales y su municipio Oviedo cumplen años en medio del más grande desafío de su historia.

El gobierno que preside Luis Abinader se ha embarcado en un ambicioso proyecto de desarrollo turístico mediante alianza público-privada.

Como avanzada, ha iniciado infraestructuras básicas exigidas por los inversionistas, como reconstrucción de la carretera Enriquillo-Pedernales, las trochas para el aeropuerto internacional y vías de acceso hacia atractivos. A mediados de año -ha prometido el mandatario- comenzará la construcción de los primeros hoteles en Cabo Rojo, y, según el Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (Inapa), ya se ha licitado el acueducto que suplirá la demanda turística y de la provincia.

Inversores privados, entretanto, dicen que desarrollarán iniciativas propias en el mismo municipio, aunque rondan temores sobre las probabilidades de aterrizaje de ese discurso una vez el Gobierno conceda los permisos para uso de las tierras con fines turísticos.

El asunto es, sin embargo, cómo saldrá la provincia del impacto de una avalancha de turistas en medio de la anomia actual y la desconexión de los valores fundantes.

Presagio que muy mal, si no se produce un vuelco rápido hacia lo positivo.

Hace tiempo que este trozo de sociedad relegó al olvido eterno a sus familias fundadoras y, con ellas, el amor al trabajo honesto, el respeto a los demás, la solidaridad, la responsabilidad, la honradez y el amor al territorio que ellas inculcaron con su ejemplo. Lo enarbolaron hasta la muerte sin más aspiraciones que hogares sanos; jamás como anzuelo para lograr beneficios particulares.

La designación de calles y edificios, así como reconocimientos, en general, se ha hecho, sin embargo, con atención a cumplidos políticos y relaciones primarias, no de acuerdo a un orden de prioridades de méritos reales acumulados. Ese ha sido el pago al sacrificio brindado por los originarios. Y el ejemplo a las generaciones siguientes, al negarles el acceso a un marco referencia digno, que sirva de faro de luz.

Esa es una, solo una, de las múltiples caras del deterioro.

Más allá de ufanarnos de nuestras maravillas naturales, que las tenemos, el desafío actual debería ser, entonces, mirarnos críticamente al espejo y preguntarnos por qué no somos mejores que antes.

Ponernos anteojeras y solazarnos de ser “los mejores”, sería el mayor acto de irresponsabilidad en esta coyuntura. Porque turismo con desorden social sería una bomba de tiempo mortal. Algunas  organizaciones socioculturales locales se esfuerzan y aportan con su activismo. Sí. Pero no pueden con la embestida de lo malo, sembrado y abonado por los crueles y sus áulicos.

Te puede interesar:   Ley publicidad estatal

Indicadores poderosos sobre el deterioro social, a tomar en cuenta, son: el creciente tráfico de drogas prohibidas, la violencia que ellas generan entre traficantes y el consumo cada vez más común por parte de jóvenes y adultos; las invasiones de tierras patrocinadas por canallas y ocultadas por el silencio cómplice de una parte de quienes deben denunciarla y la complicidad de quienes deben detenerlas; la ratería callejera expresada en recurrentes robos diurnos y nocturnos, algunos a mano armada; los negocios turbios, el irrespeto a las personas mayores, a las autoridades, al área institucional y al parque central Sánchez, convertido en un lugar sórdido no apto para quienes, como antes, buscan un sitio de esparcimiento saludable.

Con los años, nos han convertido en una comunidad muy vulnerable, con la identidad mermada por gestión de los agentes del oportunismo.

Ellos, los perversos, aprovechándose de nuestro conformismo jobiano, nos han desnaturalizado, y ahora resulta que dirigir la provincia es una tarea ciclópea, pese a su pequeñez. Ella es grande en superficie (2,075 kilómetros cuadrados, la séptima del país), pero su población oscila en los 40 mil habitantes, que debería ser muy manejable.

Pedernales va hacia la séptima década de vida. Su casco urbano tradicional, que configura al municipio cabecera, fue edificado entre 1955 y 1957 por el ingeniero Wascar Tejeda Pimentel, hoy héroe nacional.

En 1955, el huracán Katie había destruido viviendas, iglesia y escuela. Casi todo lo edificado en la colonia. Así que el presidente Trujillo ordenó la reconstrucción y la inauguración como parte de los actos de fundación de la provincia, al comenzar abril de 1958, que había creado mediante decreto a mediados de diciembre del 57.

La fundación de la colonia en la sabana de Juan López por parte del gobierno de Horario Vásquez data de 1927. Las 32 familias llevadas para fortalecer la frontera respecto de Haití, fueron reclutadas, sobre todo, de Las Damas o Duvergé, provincia Independencia, aunque –a su llegada- ellas encontraron en el lugar algunos “troncos dominicanos” que sobrevivían con lo producido en la crianza de ganado en pasto libre y agricultura.

La existencia de Pedernales está soportada en una historia, unas prácticas culturales y unos modos de convivencia envidiables que debemos rescatar del mar de las distorsiones, sin más dilación. Son pilares vitales para lograr un turismo que no termine por dañarnos de malas maneras, si no somos interlocutores válidos, como ha pasado con otros destinos.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba