Perspectiva

Elecciones 2020, un año después

Por Frank Núñez

Colaboración/elCorreo.do

 PERSPECTIVA: Un duelo oficial decretado por el presidente Luis Abinader, motivado en la muerte del veterano dirigente y académico Tirso Mejía Ricart, provocó que el 5 de julio de este 2021 pasara con más penas que glorias, pese a que la fecha significó el primer año de la victoria en el 2020 del hoy gobernante Partido Revolucionario Moderno (PRM), considerado en ese momento el David de la contienda, frente al Goliat que simbolizaba el hoy opositor Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Además del duelo que habría hecho imprudente cualquier tipo de celebración entre los que resultaron victoriosos en los comicios del 2020, el país se mantiene en estado de emergencia, con más rigor incluso que el domingo en que la mayoría de votantes expresó sus preferencias por Abinader, candidato  del PRM, frente a Gonzalo Castillo (El Penco), quien encabezaba la boleta del PLD, como pupilo del entonces presidente Danilo Medina.

La pandemia de Covid-19, que puso fin a la vida del catedrático y psicólogo Mejía Ricart, fundador del PRM, es uno de los factores que influyeron en que los que gritaban entusiasmados contra el continuismo peledeísta el “!Se Van!”, que se hizo tan contagioso, no tuvieran motivos evidentes para celebrar. Las quejas de que la militancia del partido triunfador no ha sido tomada en cuenta en el nuevo gobierno es un grito a voces en todo el país, en lo que dirigentes emblemáticos como Ramón Alburquerque y Enmanuel Esquea Guerrero llevan el protagonismo.

Los perremeistas por lo menos pueden mostrar su satisfacción, junto a la población en general, de que su gobierno ha iniciado a través de la Procuraduría General de la República, con la magistrada Miriam Germán a la cabeza, un proceso de persecución a la colosal corrupción del pasado gobierno encabezado por Danilo Medina, que aunque se sospechaba de su descaro, pocos pensaban que pudiera haber llegado a los extremos que se van revelando.

Pero ocurre que la persecución a la corrupción y otros ilícitos también ha tocado a funcionarios y legisladores provenientes de las filas del PRM, como fue el caso de Leonardo Faña, en el Instituto Agrario Dominicano (IAD);  Kimberly Taveras, en el Ministerio de la Juventud; Luis Maisicheli Dicent, en la Lotería Nacional y otros funcionarios de menor jerarquía que se han visto forzados a renunciar antes de ser destituidos por el rigor gubernamental frente a irregularidades.

Como muestra de que la lucha anticorrupción del presente régimen no tiene contemplaciones con los suyos, uno de los diputados del PRM se encuentra preso en los Estados Unidos por pertenecer a una supuesta banda internacional de narcotraficantes, mientras otro está en estos momentos sometido al acoso mediático por presunta falsificación de su identidad. Antes que proclamar la vieja sentencia de que “mal de muchos consuelo de todos, ahora derivaría en consuelo de tontos, debido a que el mensaje apunta a que si con los suyos no hay piedad, menos ha habrá con los demás”.

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La lucha contra la corrupción y el enfrentamiento a la pandemia de la Covid-19 son dos aspectos positivos que no se le debe regatear al gobierno de Abinader en el primer año de la victoria y a poco más de un mes de su juramentación como jefe de Estado el 16 de agosto del 2020. Se trata de dos elementos complejos, debido a que el primero debe hacerse con respeto a los debidos procesos para que pueda ser eficaz, y el segundo tiene que ver con la salud de la población, bajo el escrutinio y los protocolos de organismos internacionales. No debe soslayarse el trabajo oficial en las jornadas de vacunación a nivel nacional contar el coronavirus.

Los apresamientos de hermanos del ex presidente Danilo Medina, del jefe de su seguridad personal y más recientemente de su otrora todopoderoso procurador, apuntan que las cosas apenas se encuentran a mitad del camino. ¿Hacia dónde nos lleva el final? Es algo que solo podrán despejar los días por venir. Mientras tanto, el propio ministro de la Presidencia del gobierno de Luis Abinader, Lisandro Macarrulla,  ha tenido que salir a dar explicaciones sobre su sociedad con el imputado Jean Alain Rodríguez en lo que tiene que ver con los contratos sobrevaluados en la construcción del recinto penitenciario de Las Parras, en Guerra, conocido como La Nueva Victoria.

La mención de Macarrulla deberá ser aclarada de manera fehaciente, debido a que los propios dirigentes y militantes del PRM entienden que no hay motivo para que no se le dé el mismo trato que a Faña y a Dicent o a los que se vieron precisados a renunciar. El reclamo en tal sentido hecho por Alburquerque fue respondido por Milagros Ortiz Bosch, quien aclaró que lleva cuatro meses en esos asuntos. De manera que Macarrulla tiene que colar su café claro, porque ya su nombre sonoro se encuentra en el ojo del huracán anticorrupción.

El viejo Partido Revolucionario Dominicano (PRD), considerado el padre del joven PRM, siempre celebró su llegada del exilio un 5 de julio de 1961, con la avanzada que integraron Ángel Miolán, Nicolás Silfa y Ramón Castillo, enviados por Juan Bosch, entonces líder de la organización. En 1982 no se pudo celebrar por el suicidio del presidente Antonio Guzmán. Ahora el inconveniente estuvo en la muerte de Tirso por Covid-19.

El 16 de agosto próximo sería la fecha de pasar balance al año de gestión, para establecer luces y sombras en el gobierno que el pueblo quiso darse en las urnas y cuya fecha conmemorativa esta vez no pudo celebrar por los motivos comentados más arriba. Esperemos, pues.

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