Editorial

Un paso al frente con firmeza

Uno de los temas sobre los cuales el presidente de la República ha sido reiterativo, tanto dentro como fuera del territorio nacional, ha sido el problema que representa la importante inmigración de ciudadanos haitianos hacia nuestro país.

La posición del jefe del Estado ha ido acompañada con el clamor para que la llamada comunidad internacional asuma un papel más activo en la solución de la crisis haitiana, cuya permanencia gravita de manera terrible sobre la República Dominicana.

La crisis del vecino país y la masiva salida de haitianos hacia esta parte de la isla no pueden estar disociadas. Una cosa lleva a la otra y la solución de la primera generará de inmediato un freno a la segunda.

Es decir, en la medida en que los haitianos se sienten seguros en su territorio; que no se encuentran expuestos a la peligrosidad de las bandas criminales; que la seguridad genera una actividad económica más dinámica que permita a esas personas disponer de los medios para vivir decentemente en su tierra, en esa misma proporción se verificará la disminución de la emigración hacia la República Dominicana y otras partes.

Te puede interesar:   El gran impacto de las remesas

De esa misma forma, la dilación para responder al reclamo de mayo atención para Haití, también se produce el efecto directamente proporcional a la crisis, o sea, una mayor emigración.

Por ello, y ante la caída en saco roto de los llamados del presidente Abinader, al Gobierno dominicano no le ha quedado otra opción que asumir la responsabilidad que le corresponde como administrador de los destinos nacionales, y ponerse manos a la obra para empezar a ordenar la cuestión migratoria.

Un aspecto relevante en las decisiones del Consejo de Seguridad Nacional tiene que ver con la aplicación de las leyes y caer todo el peso de estas sobre los individuos—civiles o militares—que sin ninguna duda si involucran en la facilitación del movimiento de inmigrantes irregulares.

Particularmente en el caso de las embarazadas que llegan a nuestros hospitales en condiciones clínicas muy comprometidas, porque no adquirieron ese estado en nuestro país, sino que vinieron recientemente de Haití, con la ayuda de los delincuentes que se involucran en la movilidad de esas mujeres.

Ojalá haya llegado el momento de poner, de manera determinante y duradera, orden en la casa.

Publicaciones relacionadas

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba