Farid KuryPerspectiva

Rusia-Ucrania: ¿Camino a la paz?

Por Farid Kury

Colaboración/elCorreo.do

PERSPECTIVA: Me pongo a escribir éstas líneas consciente de que los escenarios de una guerra cambian constantemente y a una gran velocidad. Uno se arriesga a hacer unas proyecciones, a conjeturar, basado en hechos que minuto a minuto cambian. Se trata de hombres, de líderes, no de máquinas. Se trata de naciones, potencias, imperios e intereses, y en ese mundo lo predecible se torna impredecible. La incertidumbre es lo que ronda en el ambiente. Se sabe lo que ocurrió pero no lo que va a ocurrir.

No soy de los que ven y analizan los conflictos políticos y militares como una lucha entre buenos y malos. Esa visión maniqueísta,  alejada de la real política, no conduce a nada. Esos conflictos son  motorizados por intereses geopolíticos, militares y económicos.

La guerra que se está desarrollando en Ucrania no es la excepción. Es una guerra de intereses entre imperios defendiendo no otra cosa que sus intereses estratégicos.

Me inscribía en la línea de razonamiento que veía remota esa guerra.  Pensé que al final los grandes se pondrían de acuerdo y la sangre no llegaría al río. No concebía  que en esta época pudiera romperse la estabilidad y el orden mundial creado a partir del fin de la guerra fría.

Pero no hubo acuerdos. No hubo negociaciones serias.  Pareciera que en el fondo se deseaba esa guerra. Pareciera que ni a Europa ni ni a Estados Unidos les interesaba llegar a acuerdos con Rusia que pudieran impedir una ocupación. Biden parecía desear que Rusia cometiera ese error, esa imprudencia, y así justificar sus sanciones económicas.

Y China, la potencia supuestamente  amiga de Rusia, pareció empujar a Putin a la guerra. Los chinos son cautelosos y hace mucho tiempo que aprendieron de Mao Tse Tung a beneficiarse del caos. De ese caos inconcebible que se está armando, tal vez China sea la mayor beneficiada y Rusia la más perjudicada. De hecho ya los chinos empiezan a marcar distancia de Putin. Esos chinos saben más que el lápiz.

De todas maneras, ya Rusia está ocupando a Ucrania y evidentemente los ucranianos no pueden resistir y mucho menos ganar la guerra. Rusia está usando su avasallante poder de fuego para resolver un conflicto que debió solucionarse por la vía diplomática.

Te puede interesar:   Juan Bosch y Rómulo Gallegos

Al margen de las diferentes explicaciones y justificaciones que cada bando ofrece, es innegable que esa ocupación es una grosera violación del derecho internacional, y no augura nada bueno para la humanidad. Además constituye un desafío para el sistema político internacional diseñado a partir del fin de la guerra fría.

Las guerras, sabemos como empiezan, pero nunca como van a terminar. Los norteamericanos invadieron Afganistán creyendo que durarían unos meses. Duraron 20 años, gastaron centenares de miles de millones de dólares y al final salieron en desbandada. Lo mismo le pasó antes al ejército rojo también en Afganistán.

Ucrania tiene más de 600 mil km y 45 millones de habitantes y no hay manera de ocupar y dominar ese país mucho tiempo.

Al momento de escribir estas líneas delegaciones de Ucrania y Rusia han sostenido dos rondas de negociaciones en Minsk, capital de Bielorrusia. ¿Llegarán a acuerdos que pongan fin a la guerra?

No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que las partes en conflicto no deben desaprovechar esa oportunidad. A Ucrania no le conviene una guerra con Rusia, de grandes pérdidas materiales y humanas. Tal vez ahora que el presidente ucraniano supo como fue abandonado por sus aliados entienda que debe retroceder en el punto clave, que es el ingreso a la OTAN y así preservarse en el poder y preservar su nación. Rusia tampoco gana. Una guerra es muy costosa, deteriora su imagen en el mundo y cuando viene a ver se tiene que salir sin lograr sus propósitos. Las sanciones y el aislamiento internacional tendrán consecuencias severas en la economía rusa.

Hasta ahora la diplomacia ha fallado. No pudo impedir la guerra. Pero ojalá pueda impedir su continuidad. Ojalá pueda ponerle el punto final a una guerra, que de seguir nadie  podrá predecir como terminará.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba