
Colaboración/elCorreo.do
PERSPECTIVA: Cada cuatro años, los 16 de mayo han sido días de los dominicanos elegir un nuevo gobernante. José Francisco Peña Gómez, tal vez el mejor orador político que recuerde la historia dominicana, debió brillar para los días de los comicios previos a esas fechas desde el año 1962, cuando el pueblo llenó las urnas de votos blancos en favor de Juan Bosch, hasta el 1998, cuando un cáncer de páncreas le puso fin a su vida terrenal.
Peña Gomez fue determinante en las victorias de Don Antonio Guzmán y Jacobo Majluta en 1978; de Salvador Jorge Blanco y Manolo Fernández Marmol, en 1982, siendo víctima de un fraude colosal en 1994. El cargo más elevado que desempeñó en la administración pública fue el de alcalde de Santo Domingo (1982-1986).
En este 16 de mayo del 2023, cuando los dominicanos comenzamos a contar de manera regresiva los meses que faltan para las elecciones del 2024, los valores del primer predicador del socialismo democrático en el país deben ser recordados con devoción, por coincidir con un cuarto de siglo de su partida.
El partido que hoy gobierna la República, con su gobernante Luis Abinader a la cabeza; el expresidente Hipólito Mejía, la ex vicepresidenta Milagros Ortiz Bosch, el presidente de la organización José Ignacio Paliza, la secretaria general Carolina Mejía, junto a dirigentes como Eddy Olivares, por solo mencionar algunos, invocan las ideas de Peña Gómez como las que sustentan sus principios doctrinarios.
Pocos hombres públicos fueron en su vida tema para la creación artística, literaria y de investigación ensayística como lo fue el líder histórico del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), organización de la que nacieran entidades políticas como los partidos de la Liberación Dominicana (PLD), Revolucionario Independiente (PRI), Bloque Institucional Social Demócrata (BIS) hasta llegar al exitoso Revolucionario Moderno (PRM), que hoy dirige los destinos de la nación.
Autores como Leo Reyes, Osvaldo Santana, Carlos Gabriel García, Víctor Salmador, Héctor Bueno y Julio Genaro Campillo Pérez, por solo mencionar algunos, nacionales y extranjeros, se sintieron motivados a crear obras sobre la trayectoria existencial, política, intelectual e histórica de quien naciera en la Loma del Flaco, en Mao, un 6 de marzo de 1937.
Orador, poeta, locutor, declamador y político, Peña Gómez murió un 10 de mayo de 1998, a la edad de 61 años. De acuerdo con el historiador Frank Moya Pons, no llegó a ser presidente de la República debido a un fraude colosal cometido en su contra por el gobierno del Joaquín Balaguer en los comicios del 16 de mayo de 1994.
Sectores importantes entienden que el fenecido dirigente debiera ser declarado presidente póstumo, en honor al respaldo que tuvo de las multitudes dominicanas, que no pudieron verlo como su jefe de Estado por la fuerza de los prejuicios raciales y la maldad humana, como dijera en su momento Ramón Alburquerque.
De vivir en estos momentos, Peña Gómez contara con 86 años, como muchos de su generación que aún están con nosotros. Lo único que estaría en un mundo que ha tirado por la borda muchos de los valores que dieron sentido a la vida, como la estabilidad de la familia nuclear, la solidaridad, la buena vecindad y el patriotismo.
Pero de seguro que Peña Gómez habría disfrutado ver al PRM, organización que tiene sus ideas como fuente de inspiración, realizando un gobierno ético, decente y transparente, con Luis Abinader a la cabeza. Que nunca muera su ejemplo.