
Redacción/elCorreo.do
SANTO DOMINGO: Los reclusos han encontrado formas de burlar el sistema penitenciario, ampliando sus métodos de estafas sin restricciones aparentes. Esta anormalidad la resalta una información del periódico Diario Libre en su edición de este miércoles.
La cadena delictiva de reclusos ha movido la preocupación de las autoridades en el pasado, sin que se adoptaran los correctivos.
Recientemente el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel), tras la llegada de su actual presidente, Guido Gómez Mazara, ha emprendido acciones encaminadas a impedir el acceso de los reclusos a las redes de internet, de modo que no dispongan de un mecanismo vital para llevar a cabo las estafas y otras modalidades de delitos.
La información del matutino agrega que ahora, “el Marketplace de Facebook se ha convertido en su campo de operaciones, donde crean elaboradas fachadas para engañar a compradores desprevenidos y despojarlos de sumas significativas de dinero”.
Explica que estas estructuras criminales, dirigidas desde penales como La Victoria, operan con sofisticación, “utilizando múltiples líneas telefónicas, identidades falsas y nombres de empresas reconocidas para ganar credibilidad”.
Indica que el alcance de esos hechos tiene tal alcance, que en un solo día, “han logrado despojar a incautos de hasta 70,000 pesos”.
«Ana Martínez (nombre falso para proteger a la víctima), usuaria frecuente de Marketplace, nunca imaginó que, al intentar comprar una cama como regalo para una amiga que estaba a punto de dar a luz, terminaría siendo estafada por un recluso que, con frialdad y descaro, le revelaría cómo opera su red de estafas”, expone a manera de ejemplo.
Agrega que después de haber esquivado una primera tentativa de fraude en Marketplace, pensó que estaba siendo lo suficientemente cautelosa, “pero la ilusión de encontrar una buena oferta la llevó directo a las manos de un delincuente más astuto, persuasivo y organizado”.
El vendedor, identificado como José, se presentó como un comerciante confiable con un negocio estable registrado bajo el nombre «Aires Dominicanos», el que también ofertaba otros muchos otros artículos a precios tentadores: entre 10,000 y 15,000 pesos, dependiendo de los accesorios.
Para asegurar la compra, el supuesto comerciante pedía un adelanto del 25 % del valor de la cama para garantizar la transacción, sin embargo, poco después, el estafador le informó que se equivocó en la información y su jefe exigía el pago completo antes de la entrega.
Los reclusos han encontrado formas de burlar el sistema penitenciario, ampliando sus métodos de estafa sin restricciones aparentes.
Ahora, el Marketplace de Facebook se ha convertido en su campo de operaciones, donde crean elaboradas fachadas para engañar a compradores desprevenidos y despojarlos de sumas significativas de dinero.
Estas estructuras criminales, dirigidas desde penales como La Victoria, operan con sofisticación, utilizando múltiples líneas telefónicas, identidades falsas y nombres de empresas reconocidas para ganar credibilidad. Su alcance es tal que, en un solo día, han logrado despojar a incautos de hasta 70,000 pesos.