La tragedia del Jet Set se llevó varios miembros de una misma familia y parejas de esposos

Redacción/elCorreo.do
SANTO DOMINGO: La magna tragedia que abate el país tras el desplome del techo de la discoteca Jet Set, la madrugada del martes, desde ya se ha colocado a la cabeza de los desastres registrados en este siglo, a nivel mundial, sino además de familias afectadas directamente.
Ejemplo de ello son los decesos de la familia Grullón-Estrella-Rodríguez, en las personas de Eduardo Grullón, su esposa, Jhoanna Rodríguez de Grullón; su hermana, Alexandra Grullón, y su esposo, Eduardo Guarionex Estrella, éste último hijo del ministro de Obras Públicas, Eduardo Estrella.
También se cita la muerte de los hermanos Aneury Piña Rodríguez y Randy Alexander Rodríguez Cepeda, hijos del señor Robert Rodríguez Hernández.
De igual manera se destacan los hermanos Estela, Gladys y Daniel Henríquez Johsua, los cuales forman parte de la lista de difuntos que tiene las autoridades. Similar situación se tiene con Licelot y Zoneidad Cepeda Hernández.
El hecho
La catástrofe se inició a primera hora de la madrugada del martes, donde cientos de personas acudieron horas antes para disfrutar de una noche de música y diversión, la que se convirtió en una tragedia cuando el techo de la discoteca colapsó sobre ellos.
El número de víctimas, que se teme aumente de acuerdo con el progreso de los operativos de rescate, incluye a personalidades del mundo bancario, deportivo, el arte y la política del país.
Se refiere que Jet Set era un legendario club fundado hace medio siglo, donde cada semana se celebraba el «lunes bailable», una fiesta en la que históricamente se han presentado importantes figuras de la música dominicana y el mundo.
En la ocasión, la festividad contó con la participación del destacado cantante Rubby Pérez, conocido como la «voz más alta del merengue», quien murió durante la actividad, según confirmó Juan Manuel Méndez, director del Centro de Operaciones de Emergencia.
Otra tragedia parecida
Aunque con propósito distinto, se recuerda lo ocurrido el año 2017 en el municipio mexicano de Atzala, Puebla, cuando se celebraba el bautizo de una niña de dos meses de nacida.
El acto religioso se convirtió en una tragedia en la que murieron 12 miembros de una misma familia, cuando fueron sorprendidos por el terremoto que sacudió México.
La misa apenas había comenzado cuando a los pocos minutos el temblor derrumbó la cúpula del templo de Santiago Apóstol, la que cayó sobre los asistentes.
Entre los fallecidos se contaron la niña que iba a ser bautizada, su hermana de tres años, su madre y los padrinos.