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La crisis variada en Haití mantiene la presión migratoria hacia el territorio dominicano y otros países

Redacción/elCorreo.do

SANTO DOMINGO: La crisis política, económica y de seguridad que vive Haití desde hace varios años, sigue generando grandes olas de migración tanto a lo interno como hacia otros territorios del área, principalmente hacia la República Dominicana, donde buscan una vida mejor.

Pese al endurecimiento de las políticas migratorias, la República Dominicana, Estados Unidos, Canadá y América Central siguen como destino de la emigración masiva, lo que se enfoca como un reflejo de la falta de perspectivas dentro de Haití.

Miles de haitianos se han desplazado hacia otros países en busca de seguridad, empleo y mejores condiciones de vida, lo que ha generado tensiones en las naciones receptoras y ha exacerbado la crisis humanitaria en la región.

En el plano nacional, la violencia de las pandillas también ha forzado a miles de haitianos a abandonar sus hogares y convertirse en desplazados internos dentro del país.

Esto ha creado campamentos de refugiados dentro de Haití, donde las condiciones de vida son extremadamente precarias.

Entretanto, la comunidad internacional ha intentado, en varias ocasiones, intervenir para ayudar a estabilizar Haití, pero estas intervenciones han tenido resultados mixtos.

Asimismo, la ayuda internacional sigue siendo una fuente crucial de apoyo para Haití, pero también ha sido criticada por no abordar adecuadamente las raíces del problema y por ser insuficiente ante la magnitud de la crisis.

En medio de ese panorama y a pesar de las expectativas, la situación haitiana es extremadamente volátil y no muestra signos claros de mejora en el corto plazo.

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El país enfrenta una crisis multidimensional que involucra la inestabilidad política, el control de las pandillas, la pobreza extrema y la falta de un gobierno legítimo y funcional.

Si bien la intervención internacional y la ayuda humanitaria son necesarias, también es esencial que los actores internos, como las fuerzas políticas, la sociedad civil y las instituciones del Estado, encuentren una solución sostenible que aborde las causas profundas de la crisis.

El futuro de Haití dependerá en gran medida de su capacidad para restaurar la paz y la gobernabilidad, desmantelar las pandillas y promover el desarrollo económico inclusivo. Sin embargo, dada la complejidad de la situación, es probable que el país siga enfrentando desafíos graves durante los próximos años.

En las últimas semanas se han recrudecido las acciones de las bandas armadas, y tan cerca como el martes 11 de febrero se produjo un enfrentamiento con las fuerzas del orden durante el cual resultaron muertos varios pandilleros, conforme a las autoridades.

La Policía Nacional Haitiana ha venido enfrentando a los grupos irregulares con el apoyo de la misión internacional que encabeza Kenia, aprobada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidos para reforzar el trabajo de los agentes haitianos.

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