La cadena británica BBC afirma la historia dominico-haitiana no se puede contar por separado

Redacción/elCorreo.do
SANTO DOMINGO: Un amplio reportaje publicado hace dos semanas por BBC Mundo, portal de noticias en español de la BBC de Londres centrado en la convivencia de la República Dominicana y la República de Haití, resalta el hecho de que ambas naciones, no solo están unidas geográficamente, sino que también sus ciudadanos “comparten influencias culturales, lazos de sangre y hasta los mismos peligros, como los azotes de huracanes y otros estragos del cambio climático”.
Bajo la firma del periodista español Atahualpa Amerise, el escrito indica que según las cifras más recientes del gobierno dominicano, que datan de 2017, “en su territorio viven cerca de medio millón de haitianos, quienes, de alguna u otra manera, influyen en lo que allí sucede todos los días”.
Refiere que durante los últimos 100 años, decenas de miles de trabajadores han sido parte de la mano de obra de muchas industrias en Dominicana, en especial las relacionadas al sector agroindustrial.
Enfatiza que pese a toda esta historia en común, “con los años, las relaciones entre los gobiernos de ambas naciones se han ido deteriorando, al punto que hoy, mientras Haití sufre violencia generalizada y caos a consecuencia de grupos criminales que han tomado el poder de grandes zonas del país, República Dominicana ha impuesto severas restricciones migratorias”.
Aduce que debido a esa disposición del gobierno de la parte oriental de la isla Hispaniola, “miles de personas son deportadas de nuevo a Haití, en donde escasea la comida y los servicios esenciales”.
Hace también mención a la ordenanza del presidente Luis Abinader, de construir la valla fronteriza y pedir de manera insistente una intervención internacional en el país vecino, con el propósito de proteger la soberanía dominicana.
Por su parte, grupos de derechos humanos denuncian que las detenciones y deportaciones violan leyes nacionales e internacionales.
En ese sentido, la nota cita algunos expertos, como la señora Bridget Wooding, quienes opinan que todas estas políticas están cargadas de un sentimiento antihaitiano, cuyos orígenes se remontan al siglo XIX.
Wooding es la directora del Centro para la Observación Migratoria y el Desarrollo Social en el Caribe, la que durante años ha estudiado el flujo de personas de los dos lados de la frontera y afirma que los políticos dominicanos “han usado este discurso en contra de los haitianos para buscar rédito electoral”.
La estudiosa del conflicto domínico-haitiano es egresada de la Universidad de Oxford en Reino Unido y quien investiga sobre migración con un enfoque de género y trabajo, dice “que les ayuda a tapar los verdaderos problemas del país caribeño”.
En la estructuración del reportaje, Amerise entrevistó a Wooding sobre su experiencia sobre la convivencia no siempre armoniosa de la República Dominicana y Haití.
“Usted expone en trabajos académicos que en República Dominicana existe un discurso anti haitiano. ¿Podría explicar su origen y cómo se puede palpar en el día a día del país?”, preguntó.
“El origen del anti haitianismo se remonta al pasado colonial de ambos países. Primero, el hecho de que de 1822 a 1844 Haití ocupó toda la isla La Española, de manera que la primera independencia definitiva de la República Dominicana, luego de España, realmente fue del país vecino”.
“Hace un siglo comenzó un corredor de mano de obra haitiana hacia República Dominicana. Es el corredor de mano de obra de más larga data y de más importancia en todas las Américas por el volumen de personas que cruzan, algo que continúa hasta el día de hoy.
“Esa mano de obra fue impulsada, sobre todo, por la ocupación de EE.UU. a ambos lados de la frontera a principios del siglo XX. Luego, a través de acuerdos entre los dos gobiernos, se normaliza en 1952.
“La dictadura de Rafael Leonidas Trujillo en República Dominicana (1930-1961) fue un periodo en el que hubo un gran malestar hacia la comunidad haitiana. Tuvo su auge con el genocidio de 1937, cuando hubo una masacre de miles de personas haitianas y dominico-haitianas en la frontera norte y central del país.
“En tiempos más recientes, el desencuentro más significativo fue la sentencia en 2013 del Tribunal Constitucional dominicano, que desnacionaliza a cientos de miles de personas de ascendencia haitiana que habían adquirido su documentación legal según la Constitución.
“Esta serie de dificultades son propiciadas mayormente por las élites dominicanas, que tienden a catalogar a la persona haitiana como un otro amenazante. Lo llaman también una invasión pacífica, refiriéndose a que las mujeres haitianas están dando a luz en República Dominicana y usurpando los roles de los locales.
“Pero las personas trabajadoras, en los barrios, los cafés, logran entenderse. Es cuando hay una intervención en otros niveles que no ayuda a mantener las buenas relaciones”.
¿Puede abundar en cómo influyó la dictadura en el discurso anti-haitiano?
“Bajo la dictadura, hubo mucho control y represión de diferentes sectores. En ese tiempo comenzó la idea de que se necesitaba la mano de obra haitiana, pero que no era deseada.
“Cuando ocurrió la masacre en la frontera, fue con la idea de “blanquear a la nación dominicana”. Pero los bateyes, ubicados en el interior del país, en donde las personas haitianas laboraban en el sector azucarero, no fueron afectados.
Al tiempo que eso ocurre, se quiso presentar a República Dominicana como que tiene raíces españolas, que son católicos y no practican vudú, que hablan español y no creole.
Una serie de binomios que fueron utilizados en la dictadura para crear ese imaginario de un otro amenazante.
Dijo que es la élite dominicana la que promueve el anti haitianismo. ¿Puede abundar en quiénes son y cómo se benefician?
En la República Dominicana, sin excepción, ninguno de los partidos principales se ha atrevido a contrarrestar el discurso anti haitiano porque entienden que les hace ganar elecciones.
Los últimos gobiernos se sintieron obligados a hacer causa común con corrientes ultranacionalistas, que tienen visiones conservadoras en términos de los derechos de la mujer, el aborto y la diversidad.
Pero, sobre todo, donde más inciden es en el tema de pensar que las personas haitianas están diluyendo la sangre de la nación.