Elsa se aleja velozmente del territorio nacional; Onamet cesa alertas regían por paso huracán

Redacción/elCorreo.do
SANTO DOMINGO: La tormenta tropical Elsa continuaba la noche de este sábado alejándose del territorio de la República Dominicana, y se ha movido rápidamente hacia el oeste/noroeste, lo que significa que ha dejado de ser un peligro para zonas pobladas.
Debido a la nueva situación, La Oficina Nacional de Meteorología (ONAMET), descontinuó el aviso por condiciones de tormenta tropical desde Punta Palenque hasta Pedernales en la frontera con Haití, así como dejó sin efecto el alerta por las mismas condiciones que cubría desde Palenque hasta cabo Engaño.
En el boletín número 11, último de Onamet sobre el fenómeno, el organismo oficial señaló: “Elsa sigue moviéndose rápidamente hacia el oeste/noroeste a unos 44 kph, mientras se aleja de la República Dominicana. Este sistema se ubica cerca de la latitud 17.5 norte y longitud 73.6 oeste, esto es, a unos 245 km al este de Kingston, Jamaica. Los vientos máximos sostenidos son de 110 kph con ráfagas superiores, mientras que los vientos de tormenta tropical se extienden a unos 205 km fuera de su centro”.
“Elsa continúa generando nublados con aguaceros, tormentas eléctricas y ráfagas de viento frecuentes en varias provincias del país como el Gran Santo Domingo, San Cristóbal, San José de Ocoa, Peravia, Azua, San Juan, Barahona, entre otras”, informó.
Onamet indicó que se esperaba que esas precipitaciones permaneciera el resto de la noche y horas de la madrugada, esperándose una reducción de las lluvias en intensidad y frecuencia asociadas a este fenómeno para este domingo.
Alertó, sin embargo, a las embarcaciones a lo largo de todo el perímetro costero a mantenerse en puerto, hacia la costa sur, donde se producen olas de 10 a 15 pies y hacia el norte, entre 7 a 9 pies.
Adelantó que se espera una mejoría gradual del oleaje a medida que el sistema se aleje del país.
La Onamet advirtió, no obstante, que a pesar de que se retiran los avisos y alertas por condiciones de tormenta tropical a lo largo de la costa sur del país, se mantienen estas previsiones meteorológicos de manera local para las provincias del país, por tanto, la población debe continuar atenta a las recomendaciones de los organismos de protección civil, además, de los boletines que continuará emitiendo.
Haití, Jamaica y Cuba
Por otra parte, se espera que Elsa pase a través del centro y oeste de Cuba y se dirija al estrecho de Florida», agregó.
El NHC dijo que el ciclón podría provocar marejadas de hasta 1,5 metros por encima de lo normal en la costa sur de Cuba, después de causar olas de hasta 1,2 metros en la costa sur de la República Dominicana, y de hasta casi un metro en la costa de Jamaica.
El viernes, las autoridades haitianas expresaron preocupación por la falta de suministros de emergencia como alimentos y agua. El sábado por la mañana elevaron el nivel de alerta a rojo, el máximo, para todo el país.
Según la protección civil haitiana, se avecinan «fuertes ráfagas de viento que van de 118 a 130 km/h», amenazando con «fuertes inundaciones» y «deslizamientos de tierra», sobre todo en el sur del país.
Haití podría quedarse sin suministros de emergencia ya que buena parte se utilizó para asistir a las miles de personas desplazadas por la violencia de las pandillas.
«Desde principios de junio, hemos tenido personas desplazadas en el área metropolitana para las que tuvimos que movilizar parte de nuestros recursos que estaban preparados para la temporada de huracanes», dijo a la AFP Jerry Chandler, director de Protección Civil Haitiana.
Miles de residentes de varios barrios muy pobres de la capital Puerto Príncipe, escenarios de enfrentamientos entre bandas, se vieron obligados a huir de sus hogares.
Unas horas antes del inicio del mal tiempo, la Protección Civil haitiana estaba trabajando para reponer las existencias de alimentos y equipo de emergencia, pero la crisis de seguridad se lo puso difícil.
Las autoridades haitianas buscaban enviar suministros a la costa sur, la más amenazada por el huracán. Pero bandas fuertemente armadas controlan parte de la única carretera que va de la capital al sur, regulando el paso de personas y mercaderías, y no siempre dan paso.