¿Honrará el ministro de trabajo la memoria de su padre o se unirá a la repostulación de Abinader?

Redacción/elCorreo.do
SANTO DOMINGO: Si en la República Dominicana ha habido dos políticos que se la jugaron por su convicción de que la reelección presidencial era nociva para el sistema democrático, estos fueron José Francisco Peña Gómez y Hatuey de Camps.
No obstante, sus hijos que se encuentran al frente de dos partidos políticos, no dan señales de estar inclinados a seguir sus pasos en esa dirección, aunque por mandato constitucional está permitido aspirar a un segundo período de mandato.
José Frank Peña Guaba, ya se conoce su decisión de respaldar en todos los sentidos al varias veces presidente y líder del nuevo Partido Fuerza del Pueblo (FP), Leonel Fernández.
Con éste, Peña Guaba repite lo que los perredeistas de decían de su padre (lo que Leonel, eso es lo que va).
De su lado, Luis Miguel De Camps luce atrapado en la disyuntiva de emular con hechos a su padre o abandonar la lucha contra la no reelección, que sirvió de base a creación del Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD), ante la insistencia continuista del presidente Hipólito Mejía.
Según un exponente del “pragmatismo político” de estos tiempos, si la clase política dominicana no ha podido avanzar más en el fortalecimiento de las instituciones democráticas se debe a que las motivaciones y el accionar de la clase político-partidaria se prefiere dejar de lado “para ceñirse al pragmatismo y las conveniencias grupales que ofrece el clientelismo”.
Hatuey prefirió seguir su lucha contra la reelección presidencial y todos sus efectos, a sabiendas de que vería reducidas las posibilidades de su partido llegar al poder.
La pregunta es si Luis Miguel dejará el ministerio que actualmente ocupa en el gabinete del presidente Luis Abinader, cuya repostulación ha quedado libre de obstáculos, para honrar la memoria de su progenitor
Hatuey se mantuvo intransigente con sus posiciones y nunca capituló, ni siquiera en los momentos en que la enfermedad se tornó más amenazante para su salud, prefiriendo mantenerse atrincherado en su PRSD con un puñado de fieles seguidores.