Frank NuñezPerspectiva

Feria Agropecuaria postcovid

Por Frank Núñez

Colaboración/elCorreo.do

PERSPECTIVA: Dos años permaneció cerrada la mayoría de las instalaciones de la Ciudad Ganadera, lo que daba a ese encantador espacio de la capital dominicana un aspecto desolador, en contraste con la alegría que siempre ofreció a criollos y extranjeros, con sus actividades representativas de la producción agropecuaria nacional.

El calor humano, la sana diversión, junto al encuentro familiar y amistoso, renacieron en el recinto exquisito del malecón, con la apertura de la 32 Feria Nacional Agropecuaria, inaugurada el viernes 18 de marzo por el presidente Luis Abinader.

Con personas que nos acompañaron en el recorrido por la Ciudad Ganadera, entre lo profesional y lo divertido, comparamos el ambiente que se observó en la Feria desde el primer momento con las festividades en el Santo Domingo de los años 80, cuando, como dijera de París Ernst Hemingway, la ciudad era una fiesta.

El permanente circular de personas de diferentes sexos y edades por los diferentes stands de la feria, el colorido de los rubros agrícolas, los ejemplares de la ganadería, además de la musicalidad de las promociones realizadas por las instituciones del sector agropecuario, dan la sensación de que desde ya puede hablarse de una sociedad dominicana postcovid, que debe abandonar la actitud convaleciente para arranca de nuevo con planes realizables y proyectos ambiciosos.

En restaurantes y bares que operan en la Ciudad Ganadera se escuchaban a volumen moderado los merengues de las años 80, “Méseme Juanita en tu hamaquita”, de Fernandito Villalona; El Africano, de Wilfrido Vargas; El Gatito, de Aníbal Bravo, entre otros temas que se hicieron populares en La Bella Época del país, eran escuchados y bailados en El Potro Bar, cercano a las casetas del Instituto Agrario Dominicano (IAD), el Ministerio de Agricultura y la Consejo Dominicano de Pesca y Agricultura (Codopesca).

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Una persona muy agradable que compartiera con nosotros en la noche de la inauguración nos comentaba que las actividades de la Feria Nacional Agropecuaria y el respaldo espontáneo que le daba la población era como si nos trasladáramos a esos tiempos idos de la alegría dominicana, que tal vez por nostalgia o percepción magnificada, lo consideramos tan hermosos.

Es tiempo de que los dominicanos que todavía no se han dado cita a la Feria Nacional Agropecuaria que se celebra en la Ciudad Ganadera, a clausurarse el 27 de marzo, se acerquen a la zona, para que descubran un punto de encuentro que le hará recordar la alegría dominicana de los años 80. Verán que el merengue no ha muerto, que es posible volver a soñar con un mundo mejor, entre gente que no se ha dejado malear ni corromper por la banalidad de los tiempos.

Vayamos pues a la Ciudad Ganadera antes que termine la Feria dedicada a Colombia como país invitado. Derrotemos la tristeza y el sentimiento fúnebre con que nos ha marcado la pandemia del Covid-19. Reconozcamos a nuestros hombres y mujeres del campo dedicados a la producción de alimentos sin la cual no sería posible la existencia de la nación. Esa sería una forma de recargarnos de esperanza para seguir viviendo de manera saludable, en lo físico, mental y espiritual.

Un tiempo de feria es también de fiesta, en un mundo que en ocasiones parece haber perdido la alegría. En la Ciudad Ganadera encontrarán diversión y bajos precios, para después disfrutar en familia.

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