Estamos en el tablero haitiano

La condición de único vecino terrestre que tiene Haití, coloca a la República Dominicana como una de las piezas fundamentales en el ajedrez geopolítico que incluya toda la zona del Caribe.
Es una condición que no tiene ningún otro territorio del vasto Caribe, razón por la cual nosotros entramos en cualquier ecuación que tenga por premisa abordar la cuestión haitiana.
De ahí que no tenga nada de particular que en el debate electoral en los Estados Unidos entremos nosotros, no porque estoy agregue elementos de gran importancia interna, sino porque las relaciones internacionales tienen mucho peso en la lucha política estadounidense.
Y dado que uno de los flancos débiles que se le señalan al presidente Joe Biden es su errática política exterior, los republicanos buscarán martillarle esa cuestión hasta seguir presentándole como un mandatario irresoluto.
En este aspecto es que toma relevante actualidad la denuncia del senador republicano por la Florida, Marco Rubio, en el sentido de que la Casa Blanca ha ejercido presión al Gobierno dominicano para que acoja hasta tres millones de haitianos en calidad de refugiados.
Una auténtica barbaridad que este país no aceptaría aun cuando viniera impuesta por una nueva invasión como la que cumplirá 59 años este 28 de abril.
Aunque la Embajada de los Estados Unidos en Santo Domingo ha negado lo dicho por el legislador, los dominicanos debemos estar más que alertas, pues estás presiones no son nuevas.
Lamentablemente, nuestra posición geográfica nos tiene colocados en una condición, no solamente compleja, sino altamente vulnerable, pues cuando los haitianos tienen que huir de su situación interna, la vía más ancha que encuentran es tratar de cruzar hacia el este de la isla.
De modo que nuestro Gobierno tiene que seguir pronunciándose con la contundencia que lo ha hecho para que se entienda bien claro que la solución del problema haitiano no está de este lado.