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Encuentro Hipólito Mejía y Danilo Medina agita el avispero político en inicio de año preelectoral

Redacción/elCorreo.do

SANTO DOMINGO: Un encuentro en un principio con intenciones meramente protocolares entre los expresidentes Hipólito Mejía y Danilo Medina ha revoloteado el avispero político de la República Dominicana en un 2023 preelectoral durante el cual se perfilan escenarios hacia los comicios de 2024.

Ambos líderes políticos se encontraron a instancia de Mejía, quien llamó a Medina para visitarle para expresarle parabienes con motivo del inicio de año.

Sin embargo, dada la importancia de los involucrados, el ambiente político ha encontrado suficiente insumo para calentar un inicio de año que aún se mantiene inmerso en las celebraciones que fueron extendidas por el presidente de la República hasta este lunes.

Mejía, quien gobernó el país en el periodo 2000-2004 luego de derrotar precisamente a Medina, intentó reelegirse siendo vencido por Leonel Fernández en una campaña en la cual Danilo fue pieza fundamental como parte de los estrategas del Partido de la Liberación Dominicana.

Ocho años después del intento reeleccionista y 12 tras su primer enfrentamiento, ambos personajes volvieron a encontrarse como candidatos en 2012, pero esta vez la historia se escribió al revés, siendo Danilo quien estampó la mejor parte al ganarle a Hipólito en la primera vuelta.

Para esa campaña, que sería la última candidatura del expresidente, ambos contendientes no encontraban la manera de definir un tren de pelea que es obligatorio en un escenario de confrontación, debido a la amistad personal que les unía y les une.

Mejía, candidato del Partido Revolucionario Dominicano, enfiló sus cañones hacia el presidente Fernández, aun sin este ser candidato y en cierta forma descuidó a Medina.

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El abanderado del PLD, a su vez, se montó en la defensa del Gobierno de su partido para los ataques al adversario, y así se definieron las elecciones en favor del morado.

Fue una bendición para los estrategas del PLD, casi todos altos funcionarios del Gobierno, que Hipólito definiera su tren de pelea, ya que así pudo Danilo encontrar el nicho adecuado.

Analistas políticos concuerdan en que la amistad personal de los expresidentes ha llevado en ocasiones a Mejía a desbordar el marco de la misma y afectar los intereses de su partido.

Se puede citar el caso de las elecciones de 2016 cuando en medio del proceso Mejía visitó la reconstrucción del barrio marginal de La Barquita, sobre el cual emitió encendidos elogios que no cayeron bien en la cúpula del Partido Revolucionario Moderno (PRM) que luchaba por posicionar a su candidato presidencial Luis Abinader.

También en ese proceso, Mejía se explayó en elogios a las visitas sorpresa del presidente Medina, las cuales eran promovidas por su gobierno como la panacea para los hombres y mujeres del campo.

Eso tampoco cayó bien en el equipo de estrategia del candidato Abinader, que llevaba a la vicepresidencia nada menos a Carolina Mejía, hija de Hipólito, binomio que finalmente fue vencido por Medina en la primera vuelta, logrando así su reelección.

No se puede olvidar que hace pocas semanas, Mejía declaró a un diario que estaba de acuerdo con una alianza entre el PRM y el PLD, opinión que tampoco se vio bien en ninguno de los bandos.

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