El juez Vargas se despide y aconseja Gobierno busque por ley sanciones a violadores de las restricciones

Redacción/elCorreo.do
SANTO DOMINGO: El emblemático juez de Atención Permanente, José Alejandro Vargas, se ha despedido de esas funciones aconsejando al Gobierno que busque establecer por ley las sanciones a los violadores del toque de queda, una normativa que bien puede conseguir en las mismas solicitudes de estado de emergencia que somete al Congreso Nacional.
El designado juez constitucional considera que al Ejecutivo le resultaría bastante fácil que los legisladores determinen el tipo de sanción a los infractores para que no quede a discreción de la Procuraduría General de la República establecerlas por resolución.
Dijo que se pueden establecer las sanciones en una legislación transitoria dándoles a los juzgados de paz la facultad de fijar las multas.
Indicó que se preocupó cuando se anunció que las violaciones serían llevadas a los juzgados de paz, ya que esos casos terminarían en la Oficina de Atención Permanente, donde el juez se vería obligado a despachar a los infractores.
Dijo que ante esa eventualidad se podría alegar que la justicia deja en libertad a las personas detenidas para que aumenten los contagios.
El juez de los sermones
El magistrado Vargas abarca tantas facetas en una sola persona, que ya no sólo hace referencia al juez coordinador de los juzgados de Instrucción del Distrito Nacional, sino también al próximo miembro del Tribunal Constitucional.
Su mención implica además al ingeniero civil que no ejerció y al locutor de voz fuerte y bien modulada que por años condujo uno de los programas de música romántica de mayor reconocimiento: Serenata Continental, en la ya desaparecida Radio Continental.
Vargas, el juez que dictó sentencias explicando las razones de sus decisiones, de manera tan persuasiva que hasta los perjudicados se sintieron satisfechos, ahora se unirá a un selecto grupo de juristas que deciden la constitucionalidad o no de una acción recurrida.
Su última prédica
La última prédica expuesta por el magistrado se produjo días antes, cuando se auto-presentó y respondió interrogantes de los miembros integrantes del Consejo Nacional de la Magistratura.
Allí, el licenciado Vargas Guerrero mereció el reconocimiento del presidente Luis Abinader, cuando planteó que un juez que se considere poderoso “es un peligro para la sociedad”, entendiendo éste existe para garantizar el derecho de las partes.
“Lo peor que le puede pasar a un juez es pensar que tiene poder. Lo único que tiene el juez es el privilegio que le otorga la sociedad. Jamás debe pensar que tiene poder o que es poderoso”, dijo en su característico hablar pausado.
“Yo no quisiera pasar por un juez que sienta tener poder, tiene que hacerlo entendiendo que tiene que preservar los derechos de las partes…”, prosiguió, siendo corroborado por el gobernante, quien agregó que todo el que se sienta poderoso es un peligro; porque el poder es pasajero”.
Vargas Guerrero llegó a esas conclusiones cuando el representante del Partido de la Liberación Dominicanos (PLD), diputado Víctor Fadul, le preguntó sobre la necesidad de preservar las garantías en los procesos judiciales.
Cual profesor y/o padre aconsejando a los más jóvenes, Vargas Guerrero inició su respuesta al bisoño legislador Fadul con estas palabras:
“Ningún juez puede obviar la garantía, porque obviar la garantía sería peor que el castigo que se cometa. No me imagino ningún juez, juzgando sin tomar en cuenta ese debido proceso constitucional y ese debido proceso de ley”.
Durante su participación, Vargas Guerrero hizo referencia a su presencia en el Consejo Nacional de la Magistratura en el año 2017, cuando aspiró a juez de corte y su participación terminó en una confrontación con el expresidente del Senado, Reinaldo Pared Pérez.
Ante esa situación, el aspirante declinó su participación alegando: “No me tienen confianza”.
En esta última comparecencia, Vargas Guerrero recordó que durante su presencia ante el CNM, tres años atrás, me senté en una silla color rosado y no me fue bien, «ahora me cambiaron la silla y espero tener mejor suerte».
Y la tuvo. A partir del próximo martes, ejercerá su magistratura en la Alta Corte que juzga la constitucionalidad de toda acción emanada de los tres poderes del Estado que sea objetada por contrariar el mandato de la Carta Magna.