Editorial

El ajedrez de EE.UU. en RD y Haití

La República de Haití es un terreno baldío cuya importancia geopolítica es muy relativa, razón por la cual se percibe una displicencia enorme de la potencia mundial que tiene al menos a ese territorio con el cual nuestro país comparte una isla.

Es evidente que para los Estados Unidos la real relevancia estratégica la representa la República Dominicana, cuyo sistema de gobierno y la gobernabilidad garantizan los intereses de la nación del norte, la cual, sin embargo, descuida significativamente en términos materiales.

Por ello en su visita a Haití, el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, incluyó nuestro país, no porque realmente fuera necesario tener esa presencia en nuestro país, sino porque de por medio está el interés del funcionario estadounidense de tocar algunos temas con las autoridades dominicanas de manera directa y no a través de su embajada como suele hacerlo.

La agenda estadounidense para nosotros y nuestros vecinos está marcada por un interés que abiertamente favorece los intereses de Puerto Príncipe, sobre todo en materia migratoria.

Te puede interesar:   Fin de una presidencia opaca

Los Estados Unidos representa una corriente internacional que procura generar una avalancha de migrantes hacia nuestro territorio, y al no poder lograrlo mediante esa inmigración masiva, procuran disfrazarlo con un reconocimiento de supuestos derechos de miles de indocumentados que legalmente no los tienen.

Y en eso están jugando una carta muy sutil, que a veces deja de serlo para pasar a la presión clara y franca de que se resuelva el alegado problema de apatridia que los haitianos no enfrentan, pues su constitución les garantiza la ciudadanía haitiana sin importar donde nazcan.

Nadie mejor que el secretario Blinken para tirar esas cartas sobre la mesa frente al propio presidente de la República.

En eso que nadie se engañe, pues Estados Unidos ha pretendido siempre matar dos pájaros de un solo tiro, ya que por vía de esa legalización de facto consigue frenar la presión migratoria que representan los haitianos, sin necesidad de producir deportaciones masivas que le piden a la República Dominicana que no haga.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba