
Colaboración/elCorreo.do
PERSPECTIVA: Un somero vistazo a las crónicas sangrientas que salen en los diarios de los últimos años conduce a la conclusión de que nuevos fenómenos influyen en la sociedad dominicana, como el caso más reciente registrado en Santiago de los Caballeros en el que un hombre de 52 años mató a su madre de 73, por esta negarse a entregarle un dinero que había recibido como remesa del extranjero.
El corresponsal en Santiago Onelio Domínguez, de Listín Diario, describe la tragedia familiar en la que la señora Maritza Mercedes Mieses fue asesinada por su hijo Federico Antonio Zapata Mieses, en la calle La Rosal, de la urbanización Los Álamos, en la zona este de la capital del Cibao, crimen en el que se evidencia el consumo de estupefacientes por parte del presunto victimario.
Los testimonios de los vecinos donde se produjo el matricidio dan cuenta de que en tres ocasiones “Federico había estado preso por maltratar a su madre. Además, estaba bajo el efecto de sustancias controladas, lo que exacerbaba su comportamiento violento”.
No hace mucho ocurrió lo mismo en Pimentel, municipio de la provincia Duarte, donde un consumidor de drogas controladas amenazó a su madre de “hacerle lo que a todo el mundo le iba a gustar” menos a ella, por no darle dinero para sus drogas. El susodicho cumplió su amenaza dándole muerte a su progenitora y lanzando su cadáver al río, uniéndose de manera cínica a los vecinos que buscaban a la desaparecida cuando reportó su ausencia en la Policía.
Con el mismo perfil las magistradas Arlín Ventura y Milagros Cabrera, del Tercer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, sentenciaron con 20 años de prisión a un hombre acusado de violar a una nieta menor de edad en Pantoja, Distrito Nacional, de acuerdo con la acusación formulada por la fiscal Yelianny Polanco, tras denuncia de la madre de la infante en marzo del 2020.
No se había curado la población del estupor con la violación de un hombre de 31 años a su abuela en Monte Plata, cuando desde San Francisco se reportaba que el Segundo Tribunal Colegiado del distrito judicial de la provincia Duarte acogió la petición del Ministerio Público y condenó a la pena máxima de 30 años de prisión a una mujer de nombre Kathy Mena, acusada de ultimar a su hijo de dos años a través de una golpiza, cuya responsabilidad fue establecida por los jueces María de los Ángeles Concepción, Víctor Ynoa y Yudelka Buret.
En tanto que la Fiscalía de Santo Domingo Este y Norte obtuvo una condena de 20 años de prisión en contra de Osiris Rafael Jiménez Collado, acusado de matar a tubazos a su madre Ramona Altagracia Morel, de 75 años, y dejar gravemente herido a su padre Oseide Jiménez Genao, de 72, hecho registrado en San Isidro, en el año 2022. Los jueces fueron Elizhabet Esperanza Rodríguez Espinal, Flor E. Batista Polo y José Leonel Asencio Quezada.
En INVIVIENDA, Santo Domingo Este, el señor Humberto Ogando, de 72 años, fue asesinado a machetazos por su hijo Amauris Ogando, de 30 años, quien supuestamente llevaba varios días descontrolado “por falta de medicamentos”, hecho ocurrido el 13 de febrero del 2024.
En Elías Piña, los jueces Blaury Luciano, Sauly González y Edward Gerónimo condenaron a 30 años de prisión a Nilson Montero Berigüeto acusado de matar a su padre en Hondo Valle, municipio de la provincia fronteriza, el 15 de septiembre del 2020, de acuerdo con las pruebas presentadas por los representantes del Ministerio Público, Henry Romero Rodríguez y Luisa de la Rosa Alcántara.
En octubre del 2023, el joven Anderson Rafael López Méndez, de 20 años, asesinó a cuchilladas en el municipio de Tamboril, provincia Santiago, a su padre Andrés López Durán, de 40, porque supuestamente el progenitor solía agredirlo cuando consumía drogas. El victimario alegó ante las autoridades que la víctima le había causado una herida y se vio obligado a herirlo mortalmente en defensa propia.
Otro de los tantos crímenes ocurridos en el seno familiar se produjo en Miches, provincia de El Seibo, donde el joven Edgard Eduardo González Cotes dio muerte a su padre Guillermo González, de 50 años, a quien supuestamente sorprendió golpeando a su madre en la comunidad Uvero Alto, del referido municipio de la provincia oriental, el 3 de mayo del 2024.
Las nuevas designaciones en la Procuraduría General de la República (PGR), con la magistrada Yenni Berenice Reynoso y en el Consejo Nacional de Drogas (CND), Alejandro Abreu, podrían ser propicias para nuevos enfoques en el tratamiento del tema de las drogas controladas y su efecto en la violencia intrafamiliar, puesto que muchas veces se enfrenta con más vigor el consumo de sustancias legales que las ilegales, como ocurre cuando se habla de accidentes de tránsito y delincuencia común.
Los asesinatos de padres, madres, hijos y hermanos, junto a las violaciones sexuales de niños, niñas y envejecientes, han crecido en la medida que aumenta el consumo de las drogar ilegales. Es una realidad que destacan las estadísticas de los organismos competentes, a la que no podemos negar, mientras nos entretenemos con los mensajes publicitarios que se limitan a decir que “el consumo de alcohol es perjudicial para la salud”. En tanto que a la cocaína y las otras drogas duras se les canta en la llamada “música urbana” que pregona el interés de ver a todo el mundo “con algodón en la nariz”.