Editorial

Ante diferencias estériles

El presidente de la República lanzó recientemente un reto a los principales partidos de la oposición política tendente a recibir de ellos una colaboración efectiva mediante propuestas para abordar de conforma conjunta el tema de la masiva inmigración irregular.

El llamado del jefe del Estado fue dirigido de manera específica a los paridos de la Liberación Dominicana y Fuerza del Pueblo, en razón de que los líderes de esas formaciones han sido presidentes de la República, razón por la cual están en mejores condiciones que cualquier otro dirigente para hacer propuestas viables.

Y sucede que las dos organizaciones han manifestado estar en la disposición de presentar ideas para tomar las acciones que mejor convengan al interés nacional.

Desde ese punto de vista, se supone que toda discusión al margen de las visiones que tienen el Gobierno y la oposición, en principio sale sobrando.

Es decir, que entraríamos en una discusión sin sentido que solo tendería a estropear el esfuerzo colectivo.

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Lo que se impone en esta etapa es aunar los esfuerzos de todos para enfrentar el problema, tomándose en cuenta que es al Gobierno a quien corresponde la implementación de todas las medidas que surjan de diálogos, acuerdos, entendimientos y lo que sea.

Frente a esta coyuntura lo que se impone es lo que se aplica en cualquier sociedad donde se presentan estos problemas: actuar en la misma dirección. Manos a la obra.

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