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¿Quiso Domínguez Brito emular a Leonel al retar a Abinader? Los grandes debates políticos en RD

Redacción/elCorreo.do

SANTO DOMINGO: El ex procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito, se quedó esperando que el presidente Luis Abinader le respondiera su reto de someterse a una prueba PCR de la corrupción.

Su llamado pasó sin pena ni gloria, pese a su insistencia mediática, al parecer por la copia disminuida de la que hizo en 1996, el entonces candidato presidencial de la coalición Frente Patriótico, Leonel Fernández, a su contrincante del Acuerdo de Santo Domingo, José F. Peña Gómez.

Como Abinader ahora, el líder perredeista no se dio por aludido, por considerar que el retador no alcanzaba su nivel político y en muchos otros aspectos. Pero Leonel, con el guinche del presidente Joaquín Balaguer, alcanzó el objetivo buscado: alcanzar la administración del Estado.

Domínguez Brito, a través de su cuenta de twitter colocó varios mensajes señalando “Presidente Luís Abinader, lo invité a hacernos todos la PCR de la corrupción y no dice nada. LO ESTOY ESPERANDO”.

Su proceder fue atribuido a unas declaraciones ofrecidas por el mandatario en España, las que fueron interpretadas como respuesta a la oposición del PLD al Fideicomiso de Punta Catalina, pese a haber permitido que sus diputados votaran favorablemente con el contrato.

Como parte de su estrategia para llamar la atención de sus compañeros, el ex ministro de Medio Ambiente llegó a señalar al mandatario que detrás del mayor presupuesto digital de la historia, “manipula mentiras y oculta verdades, “mientras el pueblo sufre sus penurias. ¡Así si es bueno, BASTA YA!”.

“El gobierno miente al afirmar que la Ley de Contrataciones Públicas aplica a la figura de las fiducias, pues las fiducias son unas figuras regidas por las leyes de sociedades y por tanto no les aplican los mecanismos de supervisión de la Cámara de Cuentas y la Contraloría General de la República”, destacó.

“Nadie debe dejarse engañar”, agregó el dirigente opositor, “lo que se introdujo al Congreso es realmente un contrato. Y, sin embargo, de este contrato está ausente el valor real tanto de construcción como del mercado de Punta Catalina. Este valor debería estar claramente registrado, mediante una auditoría, a no ser que la intención del gobierno sea la de regalar Punta Catalina”.

Finalmente, expresó: “Cuando vemos las declaraciones del Presidente Luis Abinader, no nos queda más que la certeza de que el gobierno miente al pueblo dominicano y que estamos ante un caso escandaloso de privatización encubierta del patrimonio público dominicano”.

¿Por qué Peña Gómez no debatió con Leonel?

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Según el actual embajador dominicano en Italia, Tony Raful, quien durante año fue presentador de Peña Gómez antes de dirigirse al país por Tribuna Democrática, no acoger el reto de Fernández fue la idea que finalmente predominó entre sus asesores de campaña.

“Peña Gómez contempló seriamente ir al debate, incluso, quien escribe fue consultado por él entre muchos de sus amigos, pero se impuso el criterio de que el doctor Fernández, no importa el resultado de la discusión, los planteamientos, la exposición de las ideas, saldría ganancioso, porque sería inevitablemente victimizado”, revela Raful.

Agrega que el país percibiría en Peña Gómez, “a un abusador, no porque Fernández no tuviera elocuencia, la tenía y la tiene, incluso, era y es uno de los dominicanos mejor formados intelectualmente, pero tenía la imagen de la debilidad davidiana frente al coloso de mil batallas que era Peña Gómez”.

Los debates presidenciales

Si bien no se ha materializado un debate oficial entre candidatos, se recuerda el primero que se produjo tras el tiranicidio, en 1961, entre el profesor Juan Bosch y el sacerdote católico Láutico García.

Una de sus características de ese inesperado enfrentamiento fue que se desarrolló con altura y un nivel de discusión intelectual respetuoso, pese del clima político de aquel escenario histórico en vísperas de las primeras elecciones libres después de 31 años de dictadura.

De igual manera se evoca un debate estudiantil televisado, protagonizado por Asdrúbal Domínguez y Bernardo Defilló, representando los grupos Fragua y Bloque Revolucionario Universitario Cristiano (BRUC).

También el efectuado entre el dirigente del Partido Revolucionario Social Cristiano, Caonabo Javier Castillo y el periodista peruano Eudocio Ravines, “éste último de raigambre ideológica anticomunista extremista”, según Raful.

Ravines acusó a Javier Castillo y a los socialcristianos de ser “tontos útiles” y “compañeros de viaje” de los comunistas, ripostando éste con el señalamiento de que Ravines era un viejo agente de la Agencia Central de Inteligencia Norteamericana.

Tan acalorado fue “el intercambio de ideas”, que terminó abruptamente ante la audiencia televisiva.

La población además ha disfrutado de encontronazos emocionantes, como el que se escenificó en 1978, entre Marino Vinicio Castillo (Vincho) y el Hatuey Decamps (El Cacique), a raíz de los resultados de las elecciones de ese año, atrayendo el interés de la nación por la coyuntura y las ideas en discusión.

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