El actor John Cusack critica la política de EE.UU. y describe al país como «jodidamente horrible, lleno de cobardes y prostitutas corporativas»
El también guionista se mostró en desacuerdo con el apoyo de Boeing a un homenaje a las Fuerzas Armadas y acusó a la compañía de "financiar la insurrección" y las "fuerzas antidemocráticas".
RT
WASHINGTON.- En un extenso hilo esta semana en Twitter, el actor y guionista estadounidense John Cusack se mostró en desacuerdo con un homenaje a las Fuerzas Armadas de EE.UU. en un juego de béisbol y se quejó de que se llevara a cabo en asociación con Boeing.
Cusack acusó a la compañía aeroespacial de «financiar la insurrección» y las «fuerzas antidemocráticas» con su respaldo al partido republicano. «Lo contrario de lo que dicen apoyar, la ‘libertad de Estados Unidos'», asegura.
«Ellos [Boeing] predican la libertad en los juegos de béisbol, pero respaldan los golpes insurrectos y la anulación de las elecciones», escribió.
El actor tachó a la bancada republicana de «antidemócratas
fascistas» y desaprobó a Boeing por «seguir financiando» a sus «miembros insurrectos». «Boeing saca los dólares de los impuestos, hace desfilar a nuestros soldados, se envuelve en la bandera, mientras respalda financieramente a los fascistas. No tenemos líderes, ni alma, solo codicia «, añadió.
«Somos jodidamente horribles»
Mientras daba a conocer su postura, la estrella de Hollywood despotricó además contra su país, al que describió como un lugar «jodidamente horrible, lleno de cobardes y prostitutas corporativas». Cusack continuó calificando a EE.UU. de «decadente» y se refirió a los republicanos como «criminales supremacistas blancos».
«No somos geniales, ni siquiera somos mediocres, somos jodidamente horribles», dijo.
Cusack ha sido por mucho tiempo un detractor de los republicanos y del expresidente Donald Trump. En 2018, describió a ese partido como «culto a la muerte» por «vender armas a cualquiera» y «negar» el calentamiento global. Al mismo tiempo, se refirió a Trump como un «proxeneta nazi agresor sexual en serie». En ese mismo año, acusó a su Administración de «fascismo» y de «torturar» a niños.
