
Redacción/elCorreo.do
SANTO DOMINGO: La Iglesia Católica tocó este Viernes Santo uno de los temas más sensitivos del discurrir dominicano de las últimas décadas: la extorsión que se atribuye a “comunicadores y periodistas”, muchos de los cuales se han dedicado al oficio sin contar con la debida formación profesional y ética.
Al simbolizar la séptima palabra de Jesús en la hora final de su vida clavado en la cruz, el sacerdote Arsenio Ferreira dijo que la práctica extorsiva consiste en ubicar a las posibles víctimas averiguando los negocios a los que se dedica y “generarles informaciones” dudosas para luego enviarles un emisario a solicitar “alta suma de dinero”.
“Esta práctica está tomando cada vez más fuerza, pues quienes la ejecutan son personas sin escrúpulos, que solo buscan dinero a toda costa y que no tienen reparos en decir a lo que se dedican, como en algunos medios ya lo han hecho”, leyó el padre Ferreira en el tradicional Sermón de las 7 palabras.
Dijo que esos comunicadores se dedican desde hace varios años al “ejercicio inmoral” del “chantaje” y la “extorsión” contra empresarios, funcionarios y otras personas con informaciones falsas o tergiversadas, principalmente a través de las redes sociales para exigir dinero a cambio de desistir de las publicaciones.
Dijo que las redes sociales son el principal medio por donde operan “estos individuos” con esta práctica “sumamente dañina” por el impacto que causan y el morbo que genera.
Sin embargo, reconoció el importante papel que el propio papa Francisco ha atribuido juegan las redes sociales en determinadas circunstancias, como la actual pandemia de coronavirus.
En cuanto a los medios de comunicación en general, sostiene que los asume “con una actitud fundamentalmente positiva y estimulante”.
El padre Ferreira sostuvo que los “comunicadores y periodistas” que se dedican a extorsionar lo hacen sin importarles el daño a la “reputación, la moral e integridad de una persona y con esto la de toda su familia y amigos”.
“Lo que buscan es que los callen ofreciéndoles dinero. Si no les ofrecen dinero no cesan los ataques (…) Esto es una bajeza total, un chantaje mediático el que la población está percibiendo como algo normal y que no podemos permitirlo”, lamentó.
Dijo que este tipo de situaciones intenta empañar el verdadero espíritu de esta profesión tan importante para la democracia, que es comunicar la verdad de la información ofrecida.
Sobre las siete palabras, hablaron varias personalidades nacionales.
Milton Ray Guevara, presidente del Tribunal Constitucional, dijo:
“Dejemos atrás el pesimismo y miremos con esperanza renovada el futuro que nos espera. Demos espacio a la reflexión sincera y abramos los cauces para un diálogo abierto y profundo sobre la República Dominicana que queremos y soñamos. No somos seres omnipotentes, nos necesitamos para subsistir”.
Luis Henry Molina, presidente de la Suprema Corte de Justicia:
Consideró que la posibilidad del pleno ejercicio de los derechos de la mujer se ve limitada por un modelo de sociedad que alimenta la exclusión y en donde viven el dolor de la violencia y la desvalorización de su trabajo.
Por su lado, monseñor Jesús Castro Marte, obispo de Higüey:
Proclamó que sólo cuando se erradique la cultura de la corrupción política en el país, el borrón y cuenta nueva, los encubrimientos de los actos de corrupción de un gobierno a otro y el robo sistemático del erario por políticos sin escrúpulos, podría comenzar a cumplirse la palabra pronunciada por Jesús en la cruz, “Tengo sed”.
Asimismo, Román Jáquez, presidente de la Junta Central Electoral:
Abogó para que el poder político y el sistema electoral a través de sus órganos de administración, jurisdiccional y partidos, agrupaciones y movimientos políticos se comprometan y cumplan la misión que la sociedad les ha confiado.
La procuradora general de la República, Miriam Germán Brito, señaló:
“Porque soy mujer y cada día veo morir asesinadas, sin que los periódicos paren de contar, a mujeres a las que me une un vínculo de sororidad “, proclamó la magistrada, al referirse a la cuarta palabra de Jesús en la cruz: “¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?”