Canelo Álvarez y la obligada revancha con Crawford
Por Carlos Nina Gómez

Deportes/elCorreo.do
Y precisar que no solo fue una dura pérdida para el estelar púgil mexicano, sino que, además, se dejó arrebatar el cetro indiscutido supermediano que tuvo en su cintura durante casi seis años desde que lo atrapó en Nueva York en octubre del 2019 al noquear en el cuarto round al británico Rocky Fildern.
Dos semanas antes del combate, que lo calificaron como «una megapelea», con bolsas supermillonarias para los dos púgiles, Canelo Alvarez se había mostrado como «claro ganador».
E incluso, más adelante -dos días antes del pleito- el propio peleador mexicano y su entrenador Eddy Reynoso, aseguraron que Crawford iba a ser noqueado. Pero ya vieron: el resultado, tan de sorpresa, echó por el piso ese categórico vaticinio.
En las ventanillas de puestas de Las Vegas, Canelo Álvarez era el «gran favorito». Primero 3-1, pero al acercarse la pelea -sobre todo horas después del pesaje oficial- y la pela, bajó a 2-1, pero siempre favoreciendo al mexicano.
Revelo que en un comentario que hice en la plataforma de X (antiguo Twitter) y en respuesta a un reporte de la cadena ESPN, expuse que «creo que por lo que observé en todo el trayecto del combate con Crawford, Canelo Álvarez no estaba en su mejor forma física…parece que estaba pasado de entrenamiento».
Explicación: Cuando un boxeador, que se prepara para un serio combate mundial con trabajos que duran entre dos meses y medio y en ocasiones hasta tres meses, su equipo debe organizar varias aristas, en especial la física.
Cuando reste por lo menos una semana -o diez días- para terminar el campo de preparación, revisar la real condición física del peleador…y evitar que hay un exceso de entrenamiento.
Si el boxeador, y que no se da cuenta ninguno de los miembros de su equipo, luce «pasado de entrenamiento», es una señal de fracaso. Cuando un boxeador se pasa de entrenamiento es como si concluye su preparación sin el debido y eficiente trabajo, entonces da claras señales de fracaso cuando sube al cuadrilátero a contender con su enemigo.
Se vio claro que Canelo Álvarez, acostumbrado a tener un compartimiento de «fiera herida» en el ring, no tenía fuerza en sus brazos y los golpes que lanzaba iban con un giro sin precisión. Pocas veces encontraron la anatomía Crawford.
Sí, la revancha es indispensable
En el momento que escribía este artículo leía un trabajo con la firma de periodista Saúl Trujano en referencia a Canelo Álvarez y su futuro inmediato. Prácticamente el mismo criterio que tengo al respecto.
Sobre el particular Saúl Trujano escribió:» Luego entonces, una revancha tiene más riesgos que beneficios. Más allá del dinero, que seguro sería bastante, el tema de una nueva pelea con Crawford obligaría a Canelo a mostrar un hambre que hoy no tiene, a entrenar como no ha entrenado y quizá hasta cambiar una esquina que luce más familiar que profesional a la hora de prepararlo».
Con coincidencia con ese comentario -exceptuando el cambio de entrenador- , creo que una segunda pelea con Crawford es lo que debe concretarse.
Porque que no se hable de que el mexicano, ganador de cuatro cinturones mundiales en diferentes categorías (superwelter, mediano, supermediano y semicompleto), elija a otro rival que no se Crawford.
Además de que en un segundo pleito con el estadounidense tendría la oportunidad de vengar aquel inesperado fracaso, volverá a ganar una fabulosa bolsa.
Canelo Álvarez, el boxeador mejor pagado de los últimos años, ganó, por defender sus cuatro coronas con Crawford, cerca de 140 o 150 millones de dólares. ¡Demasiado dinero!
Cuando este artículo esté publicado -y ojalá que así sea- podrían comenzar a darse los primeros pasos para una nueve va negociación…una nueva negociación para que se dé, como lo querrá el mundo del boxeo, la ya reclamada revancha Crawford-Canelo Álvarez.
¡Y no habrá excusa que valga para evitar el tan anhelado segundo match de puños enguantados!