Colaboración/elCorreo.do
PERSPECTIVA: “Jactarse, presumir, enorgullecerse, envanecerse, engreírse, alardear, pavonearse, fanfarronear”.
«¡Un antes y un después!
Avanza la remodelación del Palacio de los Deportes, gracias al Banreservas. Un emblemático espacio a la altura de nuestros atletas y del orgullo dominicano». De entrada, todo el que lea esto lo primero que le llega a la cabeza, es que se trata de una publicidad pagada por el Banco de Reservas de la República Dominicana, a través de programas de televisión, radio, prensa escrita y de las «influencers» de los medios digitales, que permanentemente pululan por las oficinas centrales del banco estatal.
Pues no, eso lo publica el mismísimo ministro de la Presidencia y presidente del PRM, José Ignacio Ramón Paliza Nouel en su cuenta de X (antes Twitter), este sábado 3 de mayo a las 3:27 p.m., y el contexto (si se le puede llamar como tal), es el de resaltar que la remodelación (una mano de pintura) que se viene realizando en la «media naranja» del centro olímpico Juan Pablo Duarte (Félix Sánchez), con dinero del Estado.
Asombrosamente, este flamante ministro de la Presidencia, era quien en la oposición, aborrecía esa rastrera práctica del «peledeismo gobernante», ¡Ay Iñaki Paliza; quien te viera, quien te viera, más abajo, mucho más!
Comprobado está que en la Psiquis de los ministros de este “gobierno extendido en el tiempo” de que con dinero de sus bolsillos y sacrificio personal, ellos le están haciendo un FAVOR a la población dominicana, cuando de manera muy esporádica realizan alguna tarea consignada en su función de ministro.
Históricamente en cada gobierno (unos más que en otros) esa acción ha sido como un cáncer donde los funcionarios se jactan de lo que “hacen”, como si no fuera para eso que los ponen ahí y por lo cual cobran salarios de lujos, cometen todo tipo de diabluras y actos indecentes. Siempre ha sido así, pero los de este “gobierno extendido en el tiempo” han superado con creces a todos los demás juntos, es decir un cáncer metastásico.
Solo en un «país» donde su estructura física, institucional y fundamental se soporte en cuatro palos y una hoja de zinc (una letrina), se viva permanentemente promocionando y publicitando que “gracias al presidente de la República y al ministro de Obras Públicas, en Polo, Barahona, se le echaron cuatro carretillas de asfalto a sus calles» y a dar esas “gracias” ponen a alguien de la comunidad, totalmente desdentado, con una gorra o un pañuelo, echándole bendiciones a los dos y esperando que se reelijan, para que esas carretillas no se detengan.
¿Es que no existe un Ministerio de Deportes?
Lo curioso del caso y nos trae a cavilar: ¿bajo qué ley, obligación o criterio, el dueño, amo y señor del Banreservas, el Dios Todopoderoso Samuel Pereyra, tiene que asumir las funciones que, supongo yo, y por presupuesto, están consignadas al Ministerio de Deportes? ¿Es que el flamante ministro de Deportes, Kelvin Cruz Cáceres, delegó sus funciones en esa cartera al Dios Todopoderoso Pereyra?
Aunque si tomamos en cuenta, no sería del todo extraño, pues como recordaran, ese mismo Kelvin Cruz, en las elecciones municipales fue el que engañó y puso de relajo a los «BOTANTES» (porque pueden ser botados), de la “ciudad olímpica” de La Vega y es de todos conocidos el tremendo follón que eso ocasionó.
Me dice Google que la vanagloria se manifiesta de las siguientes maneras:
La vanagloria, por su parte, se manifiesta como una autoestima desmesurada y sin fundamentos. El que se vanagloria—el vanidoso, el engreído—es egocéntrico y reclama atención constantemente. En sus relaciones con los demás no tiene empatía ni los considera como iguales. En el funcionariado de este “gobierno extendido en el tiempo” lo menos que existe es la empatía, consideración y respeto a los dominicanos.
