
Redacción/elCorreo.do
SANTO DOMINGO: La llamada “maquinaria demócrata”, a la que vez perteneció y aparentemente ha perdido su espacio, considera que el congresista Adriano Espaillat ha volado demasiado alto, siendo un inmigrante que llegó a los Estados Unidos como indocumentado.
Esta condición que vivió durante unos pocos años en su niñez, le fue enrostrada hace unos meses por sus rivales republicanos en el Congreso estadounidense, quienes trataron de estigmatizarlo cuando fue uno delos voceros para responder las despiadadas andanadas del presidente Donald Trump contra la inmigración.
Ahora, Espailla, nacido en Santiago de los Caballeros hace 71 años, podría ser suspendido por 10 años de ocupar posiciones dirigenciales dentro del Partido Demócrata o ser expulsado de la organización, además de recibir una reprimenda pública.
Según trascendió a lo interno del colectivo político opositor estadounidense, también podría crear nuevos distritos para “diluir las influencias políticas del dirigente de origen dominicano dentro del Estado”.
El congresista enfrenta estas acciones luego de que el comité de ética del partido concluyera que Espaillat y aliados políticos cometieran presuntas irregularidades “eligiendo la segunda posición importante en la organización”.
Espaillat aseguró que todas las opciones que se plantearán en la reunión “son absolutamente inconstitucionales”.
“Esto es una posición de liderazgo dentro del partido, nada tiene que ver con mi posición como congresista, sigo siendo demócrata, puedo elegir o ser elegido. El derecho de un voto por cada persona, es sagrado, por ser la espina dorsal de los derechos civiles”, declaró Espaillat.
Dijo que si se fragmenta ese derecho, “se estará violando los derechos constitucionales de los electores”,
A su juicio, para imponer alguna de esas tres sanciones, “la dirección del Partido Demócrata de Manhattan necesita el apoyo de las dos terceras partes de sus miembros, algo difícil que lo obtengan, porque desde ya se califican como opciones inconstitucionales”.
“Cualquier intento de violar ese concepto, va a fracasar, ya que ningún tribunal lo apoyaría. Ellos mismos saben que sus recomendaciones son inconstitucionales”, reiteró Espaillat.
En ese sentido, consideró que lo peor que le puede ocurrir al Partido Demócrata, en este momento, “es una división interna cuando debe hacerle frente al presidente Donald Trump de manera unitaria”.
Además de Espaillat, el comité de ética también señala al asambleísta Manny de los Santos, a María Morillo y Mariel de la Cruz, por supuestamente “intimidar votantes, esconder resultados electorales y otras irregularidades”.
El comité se pasó el año anterior investigando la situación, concluyendo con un informe en el que presentan tres posibles sanciones “contra Espaillat y sus aliados”.
El presidente del Partido Demócrata en el condado de Manhattan, Keith Wright, mantiene fuertes rivalidades con Espaillat, así como con otros líderes afroamericanos de Harlem, desde que el dominicano ganó el escaño congresual.
En el pasado, Espaillat reclamó que Wright abandonara la presidencia del partido, o su posición como cabildero, “porque tiene un serio conflicto de intereses.
Asociaciones de abogados dominicanos, puertorriqueños y asiáticos se han quejado de que no se hayan designado jueces de ninguna de esas minorías en los últimos 12 años.
“Esto es un intento de golpear nuestra comunidad, reduciendo su poder político, pero no pasarán, eso lo garantizo”, puntualizó Espaillat.