Este 16 de agosto, día de la Restauración de la República, al asumir para un nuevo mandato, el presidente Luis Abinader ha contraído también el enorme reto que planea conducir un país con dificultades, demandas no satisfechas y grandes dificultades.
Pero al mismo tiempo, es una tierra de muchas oportunidades que ha sabido sobreponerse a mil adversidades y continuar su camino hacia mejores horizontes.
Reelecto en unas elecciones sin grandes sorpresas, con resultados cuasi predeterminados por las circunstancias, el jefe del Estado emprende este nuevo vuelo imaginario con las expectativas propias de una sociedad que siempre espera más.
Lo relevante de esa nueva administración de Abinader es que comienza liberada de las trabas que tuvo al inicio del finalizado cuatrienio, con un país cerrado en más de un 90% a causa de la pandemia; falta de recursos para enfrentar esa enorme realidad que el mundo ignoraba por completo; crisis en la generación de oportunidades, en fin, postrado.
Posteriormente estallan conflictos bélicos que afectan diversos renglones de nuestra economía, en particular el turismo, cuya recuperación al final de la pandemia ha sido asombrosa.
Lo iniciado este 16 de agosto es un panorama totalmente diferente, y sabemos que el presidente Abinader aprovechará cada día de su nueva gestión para legar un país mejor. ¡Suerte, presidente!
