El presidente Luis Abinader ha reafirmado una inquebrantable determinación de avanzar con su reforma constitucional que buscará unos cambios específicos que él entiende son fundamentales.
El jefe del Estado ha anunciado que el proyecto de reforma lo depositará el 16 de este mes cuando asuma para su segundo mandato que la mayoría del electorado le otorgó en los comicios de mayo pasado.
Delineó algunos aspectos por donde irá la reforma, entre ellos la reducción del número de diputados, la inamovilidad del procurador general de la República y la unificación, nueva vez, de las elecciones.
Un aspecto que llama la atención en las declaraciones del presidente sobre la iniciativa, es que asegura haber consensuado con los legisladores la aprobación de la reforma sin que sometan iniciativas propias.
Esto pone en entredicho la independencia de los poderes, pues el Ejecutivo presenta sus iniciativas y el Legislativo las acoge o no.
Y en todo proyecto encaminado por el Ejecutivo, a los semáforos y diputados les asiste el derecho de hacerle enmiendas.
Un detalle a destacar también es que, según adelantó el presidente, a partir de la reforma que propone, el procurador general de la República sería designado por el Consejo Nacional de la Magistratura de las propuestas que le someta el mandatario de turno.
Es decir, ese funcionario seguirá dependiendo del presidente, pues el gobernante que sea propondrá a personas de su confianza, aunque una vez designado no podrá ser removido a menos que incurra en hechos que ameriten ser juzgado por el Congreso.
Hay que esperar el proyecto que llegue al Legislativo para un mejor análisis.
