Colaboración/elCorreo.do
PERSPECTIVA: Debido a sus claros errores políticos, grandes desaciertos administrativos y actos indebidos de todo calibre atribuidos a la cúpula partidaria que lideró el expresidente Medina durante su ejercicio gubernamental, no está a la vista ni en la agenda de ningún estratega serio y agudo que el PLD tenga la mínima posibilidad de ser opción de poder.
Con cuentas pendientes con el país, sin un candidato válido para tirar al ruedo y sin nada nuevo que pueda ofertar a un electorado que defraudó, la actual dirigencia del partido morado tendría que agarrarse hasta de un clavo caliente en procura de mantener vigencia. Bajo ese marco, si no pueden ganar espacio, y lo que consiguen es ir perdiendo dirigentes y escaños que creía seguros, se entiende que se moverían en dos frentes: contra el Gobierno que encabeza Luis Abinader y contra el Partido Fuerza del Pueblo que lidera Leonel Fernández.
En lo primero, y jugando al olvido de la gente, criticando al Gobierno en su accionar y en el manejo particular de la pandemia, tecla que los que salieron del poder hace nueve meses no serían los más indicados en tocar, porque ellos politizaron el tema y dieron pie a que el mal se extendiera y mucha gente muriera.
En segundo lugar, el gancho contra Leonel—porque de eso se trata— estaría en poner temprano a correr la pervertida especie de una futura alianza electoral entre la Fuerza del Pueblo y el PLD, lo que–por más que se diga que “en política nada está escrito”—no pasa de ser un regalo envenenado. Muy sencillo: no le aportaría nada al hombre, cada vez mejor posicionado, al que Balaguer y Bosch le franquearon el camino al poder, pero sí le haría un daño político muy costoso e incalculable. El primer lance de ese disparate, toda una apostasía, aun le animara la mejor intención, fue del peledeísta Domingo Contreras.
Luego se echó a correr que era algo que Peña Guaba no descartaba, aunque se trató de una reflexión suya que fue manipulada. Lo cierto es que la ronda o “regalo“ a Leonel es una jugada que busca frenar la sangría morada y el evidente crecimiento del líder, al tiempo que despertar alarma en el PRM, con el que hubo alianza parcial y con el que tiene buenas relaciones. Como dijera Bauta Rojas, la única alianza posible es con el pueblo y con la base del PLD, que no tiene culpa de los pecados y daños de una cúpula partidaria que traicionó, irrespetó e hizo ir a Leonel del Partido, al que el doctor Castillo calificara, con razón, de “un estercolero”.
Si Leonel, como Bosch del PRD, tuvo que irse del PLD, mal podría entrar en “juntas “(¡Dios libre!) con ingratos y verdugos, afectando la diferencia que él ha marcado en política y con todo el riesgo de que muchos afectos se desengañen y otros hasta le saquen en cara un: ”Dime con quién andas“…(¿). Leonel si no se iba, lo echaban; se fue por dignidad y por honor, por lo que ya no tiene porqué retroceder, chocar con la misma piedra ni buscar lo que no se le ha perdido en un PLD que no lo valoró cuando era su tabla de salvación y única garantía de preservar el poder.
Aunque hay los que concluyen, tras el destape de los “pulpos”,” corales” y otros moluscos en la mira del Ministerio Público, que mejor que pasara lo que pasó, porque trajo una profilaxis y algunos presos en el PLD y algunas expectativas de ”cambio” con las que el PRM-Gobierno están comprometidos con el país. ¡Ya veremos! encar-medios@hotmail.com
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