Por Nelson Encarnación
SANTO DOMINGO: El retiro de la reforma fiscal podría derivar en consecuencias políticas significativas para el Partido Revolucionario Moderno (PRM) de cara a las elecciones de 2028, debido a que los electores dominicanos se han acostumbrado a medir las gestiones de gobierno en función de las obras visibles.
En ese sentido, la decisión del presidente Luis Abinader pudiera afectar la percepción de los votantes sobre la supuesta incapacidad del PRM para implementar políticas estructurales y gestionar la economía de manera sostenible.
Esto último, sin embargo, carecería de sentido desde el momento en que la economía del país ha mantenido el ritmo de crecimiento de las dos últimas décadas, tras la recuperación después de la pandemia del COVID-19.
Una derivación más impactante es que el retiro de una reforma considerada clave puede proyectar una imagen de falta de firmeza o capacidad para ejecutar cambios importantes.
Esto puede llevar a que el PRM sea visto como un partido que cede ante la presión de sectores específicos o que no cuenta con la estrategia necesaria para asegurar la sostenibilidad fiscal.
De cara al 2028, esta percepción podría alejar a los votantes que priorizan la estabilidad económica y la gestión fiscal responsable, además de las expectativas sobre realizaciones físicas que se verifiquen en proyectos de desarrollo en materia de infraestructuras como carreteras, presas, canales de riego, hospitales, ofertas de transporte colectivo, viviendas y otras obras.
Impacto en la base electoral
Si el déficit fiscal y los problemas económicos aumentan debido a la falta de ingresos sin una reforma, la calidad de vida de la población podría verse afectada, especialmente si el gobierno recurre a medidas como el endeudamiento o ajustes en programas sociales. A juicio de analistas, esto podría erosionar el apoyo al PRM entre sus bases populares, que podrían sentir que el partido no responde a sus necesidades económicas.
Aunque el sector empresarial pudo haber visto con buenos ojos el retiro de la reforma en el corto plazo, por igual podría tener dudas sobre la viabilidad del PRM en el largo plazo si se percibe que el partido no está tomando decisiones fiscales necesarias para evitar crisis.
Oportunidad para la oposición
En este contexto se abre una oportunidad para la oposición, trataría de capitalizar la falta de una reforma fiscal efectiva como un símbolo de la incapacidad del PRM para gobernar de manera sostenible. Los partidos de oposición podrían construir sus campañas en torno a promesas de reformas efectivas, transparencia en la gestión pública y una economía orientada al bienestar de los ciudadanos, lo que podría atraer a votantes desencantados con el PRM.
Empero, la construcción de un discurso en esa línea no le sería tan fácil a la oposición, ya que las dos principales fuerzas, los partidos de la Liberación Dominicana (PLD) y Fuerza del Pueblo, ya fueron gobierno, el primero como organización hegemónica durante 20 años, y el segundo convertido por vía de su anterior líder y ahora cabeza de la FP, el doctor Leonel Fernández.
La indecisión para empujar la reforma, aun con la fuerza determinante en ambas cámaras del Congreso, puede ser interpretada como una debilidad del liderazgo del PRM para tomar decisiones difíciles, lo que puede restar credibilidad al partido e impactar en la confianza pública hacia los candidatos del PRM y afectar su capacidad para movilizar a los votantes en las venideras elecciones.
Si el PRM no aborda los desafíos económicos actuales y futuros de manera efectiva, la retirada de la reforma fiscal podría ser un factor negativo en sus posibilidades electorales en 2028, sobre todo ante la realidad de que el partido oficialista tendrá que correr suerte con un candidato nuevo ante la decisión anticipada del presidente Abinader de cerrarse el paso de manera definitiva.
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