Petróleo y café vs. oro: el coronavirus tiende sus tentáculos hacia las materias primas
Sputnik
MOSCÚ.- El brote de coronavirus ha hecho que no solo los chinos entren en pánico. También los agentes que operan en los mercados de materias primas están inquietos. Mientras que los precios del petróleo y del café se han desplomado debido a la baja demanda, el valor de la onza dorada ha comenzado a crecer.
Desde comienzos del 2020 el café arábica ha perdido un 20% de su valor, hasta situarse por debajo de los 1.300 dólares por tonelada en la Bolsa de Londres y convertirse en la materia prima más afectada por el coronavirus. El cierre de más de 2.000 sucursales de la cafetería estadounidense Starbucks y los numerosos locales de la china Luckin podrían haber contribuido a este desplome, informa el portal Business Insider.
Para combatir el brote las autoridades chinas prohibieron también viajes y cerraron varias ciudades. Estas restricciones condujeron a que se redujese la demanda de combustibles y se suspendiese un gran número de vuelos. Como resultado, los precios del petróleo se desplomaron, dado que hoy en día China es uno de los mayores importadores de crudo del mundo, recordó el analista Adam Vettese, de la red de inversión eToro.
El valor de un barril se desplomó hasta llegar a los 54 dólares el 12 de febrero.
«El precio de WTI ha retrocedido un 20% en un mes. La historia sugiere que un descenso de esta magnitud tiende a ser seguido por mayores caídas, no por una brusca recuperación (…) Todos los ojos están puestos ahora en si la OPEP es capaz de profundizar los recortes de producción», destacó.
Carsten Menke, analista del banco suizo Julius Baer, opina que las repercusiones del brote de coronavirus en China pueden ser considerables a corto plazo. Pero a largo plazo los precios recuperarán los terrenos perdidos una vez que la situación vuelva a estar bajo control y el país asiático reinicie su actividad económica.
A pesar de las caídas experimentadas por los precios del crudo y del café, existen materias primas que mostraron una dinámica completamente contraria. Por ejemplo, el valor de una onza de oro alcanzó su valor máximo en el marco de una semana, tras situarse el 13 de febrero en más de 1.575 dólares.
Este crecimiento podría haber sido registrado debido a que los inversores veían en el metal amarillo un refugio adecuado para poder proteger sus recursos financieros contra el impacto económico. A su vez, el estratega Daniel Ghali de la compañía TD Securities considera que los buenos datos del oro serán breves porque algunos inversores pueden intentar aprovecharse de la dinámica de precios y venderán sus activos «para obtener mayores ganancias».
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