Colaboración/elCorreo.do
PERSPECTIVA: En el introito de este artículo acudo, de nuevo, a una de las máximas que va más acorde con la realidad de cualquier segmento que marca a dos trascendentes aspectos de la vida cotidiana: El tiempo y la circunstancia.
¿Cuál es la máxima? «La política es la ciencia de lo posible».
Pero permítanme agregarle el siguiente complemento: ¡Quien no asimile ese científico concepto -para ponerlo en práctica en el momento pertinente y adecuado- está fracasado, sin importar los ambiciosos proyectos que tenga en carpeta con miras a ver concretados sus éxitos políticos!
En política, y más en épocas tan convulsionadas (y confusas) como las que se viven ahora, el que yerra tiene asegurado su fracaso. Y en política cuando se fracasa una vez, es difícil que el tiempo le asegure un futuro promisorio.
En la historia política universal tenemos casos «muy singulares» protagonizados por personalidades que lograron alcanzar los objetivos anhelados.
Uno de los ejemplos más patéticos -y que trascendió por todo el orbe- lo tenemos en el dirigente político estadounidense Barack Obama quien desde muy joven supo manejar con suma inteligencia su espacio y tiempo, sin llegar a la desesperación.
En su premiada obra (best seller) autobiográfica que titula Los sueños de mi padre, reseña los obstáculos que tuvo que vencer para finalmente ver cristalizado su gran propósito: Ser presidente de Estados Unidos. ¡Y se inscribe en el primer presidente negro en la maravillosa historia de EE.UU.!
Obama, con apenas unos 24 años y convertido en un activo líder comunitario, optó por la precandidatura a senador dentro del Partido Demócrata.
Hizo todos los esfuerzos posibles para ganar, pero no llegó a ser el candidato a senador demócrata por el estado de Illinois, Chicago.
Pero cuatro años después de las elecciones, tras su intensa labor a lo interno del Partido Demócrata, salió airoso como candidato a senador… ganó la curul que ocupó por cuatro años al Congreso de EE.UU.
Para «rematar», tras ejercer en positivo como senador y orientado por veteranos dirigentes, se lanzó a buscar la candidatura a la Presidencia en una agitada convención del Partido Demócrata.
Anoten: nadie le daba esperanza de ganarle a Hillary Clinton quien era la gran favorita 10-1.
La historia el mundo la conoce: Barack Obama no solo venció a su estelar compañera Hillary Clinton, sino que ganó fácil la Presidencia en las elecciones de noviembre del 2008. Y en el 2013, fue reelecto para un segundo período (2017-2021).
Se justifica entonces esta pregunta: ¿Es una linda experiencia (de victoria política trascendente) que debe asimilar el joven congresista dominicano Omar Fernández?
carlosninagomez@yahoo.com
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