Llaman la atención uso malicioso e indiscriminado de “voto asistido”
Redacción/El Correo
Diversos sectores han advertido sobre la posibilidad de que el llamado voto asistido pudiera ser un ardid de algunos partidos para direccionar el sufragio en los comicios municipales de este domingo, contraviniendo el sentido de esa opción que tienen los electores con alguna dificultad.
La premisa parte de los señalamientos que hubo luego de las primarias abiertas del pasado mes de octubre, donde muchos observaron la inusitada cantidad de personas que acudían a votar acompañadas de otras, ya que supuestamente ignoraban el mecanismo.
Sin embargo, posteriormente se alegó que se trataba de artimañas para garantizar que personas que habían vendido el voto realmente sufragaran por el compromisario.
Disposiciones de la Junta Central Electoral (JCE) previo a las primarias establecieron que una persona sólo podía acompañar a dos electores en un mismo colegio, pero se denunció que hubo quienes lo hicieron con hasta seis votantes, lo que fue permitido por los oficiales de mesas.
La idea del voto asistido apunta a garantizar la participación de personas con una real discapacidad, principalmente visual, pero los operadores electorales acompañan a otras personas sin esas limitaciones, sólo para garantizar la dirección del voto.
Cierto es que como forma de “resolver” momentáneamente el inconveniente se autoriza que el invidente asiste a votar con un pariente o un particular de su absoluta confianza.
Lo que sí es problemático cuando la persona se presenta sola y es necesario asignarle a alguien que le ayude, porque puede incurrir en la indelicadeza de marcar el o los candidatos que éste último desee, simulando cumplir los deseos del asistido.
Durante los últimos comicios miles de millones se han invertido en equipos electrónicos que por motivos varios “descansan” en almacenes sin haber sido utilizados como aseguraron los adquirientes y suplidores.
Lo que hace falta es voluntad de hacer las cosas correctamente con sentido de corregir dificultades.
El caso argentino bien puede servir de guía. En esta nación sudamericana dio el paso en procura de fortalecer el acceso al voto a los discapacitados visuales u otros tipos.
Así, el Ministerio de Ciudadanía, a través de la subsecretaría de Discapacidad, realizó encuentros de participación ciudadana. Se visitaron las diversas organizaciones que trabajan este tema en demarcaciones argentinas donde más de 70 personas con discapacidad y sus familiares practicaron con la máquina de voto electrónico o automatizado.
Las actividades tuvieron como objetivo explicar el funcionamiento de la máquina, las partes de la boleta electrónica y cómo se emite el voto. En algunos casos, las organizaciones realizaron el simulacro del proceso electoral desde la presentación del DNI (Documento Nacional de Identidad) hasta la emisión del mismo.
La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad establece que los Estados tienen el deber de “asegurar que las personas con discapacidad puedan participar plena y efectivamente en la vida política y pública en igualdad de condiciones con las demás, directamente o a través de representantes libremente elegidos, incluidos el derecho y la posibilidad de las personas con discapacidad a votar y ser elegidas”.
Al igual que como se permite aquí, en Argentina si una persona tiene una discapacidad puede entrar a votar acompañada por el presidente de mesa o por una persona de su confianza que elija, que no podrá ayudar a otro votante en la misma elección.
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