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Labor en lucha contra pandemia de Covid-19 parece magnificar figura de vicepresidente Raquel Peña

Redacción/elCorreo.do

SANTO DOMINGO: Probablemente la situación especial vivida por el país con la pandemia de Covid-19 haya colocado a la vicepresidenta Raquel Peña, coordinadora del Gabinete de Salud, en un rol cuyo poder se empieza a resaltar, hasta el punto que va más allá del que los teóricos de la administración, tanto pública como privada, recomiendan en torno a lo que debe ser el protagonismo de los colocados como segundos al mando de toda gestión.

Desde el clásico tratado El Príncipe, del florentino Nicolás Maquiavelo, en el Renacimiento,  libro de cabecera de Napoleón Bonaparte y otros geniales estadistas; pasando por El Político, del español Azorín; El Principio de Peter, popularizado durante los años 70 en la gerencia norteamericana, de Laurence J. Peter y Raymond Hull y Las 48 leyes del poder, de Robert Green, hasta llegar al dominicano Leonte Brea, con El manejo del poder, el papel de los número de los dos suele ser opaco para que su brillo llegue a oscurecer al número uno.

En un titular de portada del centenario periódico Listín Diario de este viernes 19 de febrero aparece el reportaje  Raquel Peña: una vice pon poder, calzado con la firma del periodista Javier Flores, donde se destaca el papel protagónico de la que fuera compañera de boleta del hoy presidente Luis Abinader en las elecciones del 5 de julio del 2021.

El mismo reportaje del «decano de la prensa» que dirige el brillante periodista Miguel Franjul reconoce que la posición de Vicepresidente hace tiempo que dejó de ser una mera formalidad para llenar el vacío del presidente con su ausencia, por las razones que fueren.

Lo cierto es que desde el fin del régimen de los doce años de Joaquín Balaguer, un estadista al que se le atribuye lealtad a los principios maquiavélicos, los vicepresidentes dominicanos dejaron de ser simples figuras decorativas como recomienda la política clásica, por asuntos más propios psicología, la filosofía, el mismo derecho y todo lo que tiene que ver con las mudanzas del alma humana, donde los celos y las competencias suelen sacar su cabeza de medusa, que de la misma administración pública.

Un poco de Historia

Al ganar las elecciones el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) en 1978, don Antonio Guzmán, con Jacobo Majluta de vicepresidente, lo nombró en el entonces poderoso emporio estatal que se conocía como Corporación de Empresas Estatales (Corde); el presidente Salvador Jorge Blanco (1982-1986), tuvo compañero de boleta a don Manolo Fernández Mármol, quien murió de cáncer poco después; Balaguer retornó en el 86 con Carlos Morales Troncoso, a quien «tomó prestado» al Central Romana, y lo encargó del entonces colosal Consejo Estatal del Azúcar (CEA), primero, y luego embajador en la trascendental sede diplomática de Washington.

Con la primera victoria del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en 1996, el presidente Leonel Fernández encargó al vicepresidente Jaime David Fernández Mirabal del ambicioso Plan Quisqueya Verde, destinado a reforestar las zonas vitales para la conservación ecológica del país.

El retorno al poder del PRD, Hipólito Mejía designó a Milagros Ortiz Bosch, la vicepresidenta, en el fundamental Ministerio de Educación, con poderes como los que ahora se atribuye a Raquel Peña en el área de la salud, pero esa vez no estaba la pandemia de la covid-19.

El PLD volvió al gobierno en el 2004, otra vez con el presidente Fernández, acompañado en la vicepresidencia del doctor Rafael Alburquerque, quien fue encargado de dirigir las políticas sociales del Estado, función que también dirigió la vicepresidenta Margarita Cedeño de Fernández, durante los ocho años que duró la gestión gubernativa de Danilo Medina.

Es evidente de que lo que ha sido la lucha contra la pandemia de la covid-19 ha puesto en la mira a todos los que na debido participar en primera línea, tanto en el país, como en todo el mundo. Tal vez de ahí surja esa imagen de la vicepresidenta Raquel Peña, coordinadora del Gabinete de Salud por decreto del presidente Abinader, como una nueva «Dama de Hierro».

El reportaje Raquel Peña: una Vice con Poder

que Desde que asumió como vicepresi­denta de la Repú­blica el 16 de agos­to pasado, Raquel Peña ha sido una de las funciona­rias que más titulares de medios de comunicación ha merecido.

Y que más poder de decisión, en vista de sus responsabilidades, ha tenido en la joven administración del presidente Luis Abinader.

Ese hecho no es fortuito. Raquel Peña, académica nacida en San­tiago, hace 54 años, ha liderado el equipo de respuesta gubernamen­tal a la pandemia del nuevo coro­navirus. Lo ha hecho como coor­dinadora del Gabinete de Salud, creado por el presidente Luis Abi­nader.

Peña recibió y ejecutó el encar­go de negociar el acuerdo con la farmacéutica AstraZeneca que le ha garantizado 10 millones de do­sis de su vacuna contra el Covid al país, a un costo de 40 millones de dólares.

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Esa cantidad de inoculaciones es la mayor cantidad acordada por República Dominicana con farma­céutica alguna para enfrentar la cri­sis del Covid-19, y donde se cen­tran las esperanzas de combate al virus.

Ya el lunes 15 de febrero Repú­blica Dominicana recibió un primer lote por 20 mil dosis de la vacuna Covishield desde India, con la fórmula AstraZeneca, y para hoy, vier­nes, espera a calidad de donación otros 30 mil antídotos contra el te­mido virus.

La importancia y confianza de­positada por el presidente Abina­der en ella también es visible en su presencia en la mayoría de los ac­tos protocolares y no oficiales de la Presidencia de la República, accio­nes que no encuentran replicas en los mandatos de los ex presidentes  Danilo Medina, Leonel Fernández o Hipólito Mejía.

“Sin duda alguna esta circuns­tancia muy particular (ser coordi­nadora del gabinete de salud du­rante el impacto de la pandemia) ha contribuido a que sea vista co­mo una de las vicepresidenta más activas de la historia reciente”, contextualiza el historiador Juan de la Cruz.

La comparación inmediata de Raquel Peña con su antecesora, Margarita Cedeño de Fernández, surge casi de inmediato.

Cedeño manejó las políticas so­ciales de los dos gobiernos de Da­nilo Medina, 2012-2020. Pero más allá de esas funciones sus ámbitos de acción fueron limitados.

Lo mismo podría decirse de don Rafael Alburquerque, que por igual coordinó el gabinete de políticas sociales en las administraciones de Leonel Fernández, entre los años 2004 y 2012.

“Milagros Ortiz Bosch tuvo una gran participación habiendo sido la ministra de Educación mientras ejercía como vicepresidenta (la pri­mera en la historia dominicana), contribuyó a acrecentar enorme­mente el sector educativo y logró incluso que se instituyeran los con­cursos”, recuerda De la Cruz, tam­bién profesor de la estatal Universi­dad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

De la Cruz dice que antes de esas gestiones, habría que lle­gar hasta Carlos Morales Tron­coso, quien mientras fungió co­mo vicepresidente en uno de los gobiernos de Joaquín Balaguer también fue el ministro de Rela­ciones Exteriores del país.

Puede que la mayor muestra de confianza y de influencia que se pueda mostrar para plantear la tesis de que Raquel Peña ha sido la vicepresidenta de mayor poder en el país en los últimos 60 años sea su rol de presidenta in­terina del Consejo Nacional de la Magistratura.

La tradición política domini­cana muestra que los presiden­tes de la República (Fernández, Mejía y Medina) han sido quie­nes han dirigido, todo el camino, los procesos de entrevistas y se­lecciones de los jueces en Repú­blica Dominicana.

Durante las más recientes jorna­das de entrevistas que llevó a cabo el Consejo Nacional de la Magis­tratura, en la búsqueda de cuatro jueces para el Tribunal Constitu­cional, Raquel Peña asumió en dos ocasiones las funciones de presi­denta del Consejo por encargo del presidente Luis Abinader, quien se ausentó “por compromisos pre­vios”.

La decisión de Abinader esta­ba sustentada en el artículo 4 de la Ley 138-11 del Consejo Nacional de la Magistratura, que establece que si el presidente se ausenta de las sesiones del consejo por cual­quier causa, lo podrá sustituir el vi­cepresidente del país.

 Los vicepresidentes… con otras funciones

Al revisar la historia re­ciente del país se en­cuentra a Rafael Albur­querque, vicepresiden­te de Leonel Fernández en sus dos gobiernos del 2004-2012, quien fue de los creadores del gabinete social.

En el 1996, bajo la ad­ministración del primer gobierno de Leonel Fer­nández, la participa­ción del entonces vice­presidente Jaime David Fernández no encontró grandes encargos pre­sidenciales, dedicándo­se a impulsar una políti­ca de reforestación con el programa “Quisqueya Verde”.

Entre el 1978-1982, el vicepresidente de Anto­nio Guzmán Fernández, Jacobo Majluta, se des­empeñó por igual como director general de la Corporación Dominica­na de Empresas Estata­les (Corde), y de acuer­do a varios reportes pe­riodísticos de la época tenía bajo su mando un total de 24 empresas.

Majluta sucedió en el poder a Guzmán Fer­nández tras su suicidio a falta de 41 días para la transición.

Los vicepresidentes du­rante los gobiernos de Joaquín Balaguer con­centraron poca partici­pación de importancia, salvo el caso de Carlos Morales Troncoso. Lle­gó a ser canciller del país y embajador an­te los Estados Unidos para el período 1989-1990, en simultáneo con su labor de segun­do al mando.

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