La solución salina ozonizada, un económico tratamiento que podría ayudar a pacientes con COVID-19
En España, un grupo de médicos revela que la solución salina ozonizada podría ser un económico y eficaz tratamiento contra el COVID-19. Su implementación en un hospital de Madrid en plena pandemia arrojó resultados positivos.
Sputnik
MADRID.- La ozonoterapia es un viejo tratamiento que se descubrió en Alemania en 1840, pero que pocos países lo tienen regularizado e incluido en su sistema público de salud.
Cuando la doctora española Patricia Schwartz escuchó que la propia Organización Mundial de la Salud admitía que no había una cura contra el coronavirus y que miles de españoles morían por este virus, decidió, junto a su equipo, poner a disposición de los hospitales su amplio conocimiento sobre los tratamientos con solución salina ozonizada.
«Logramos que el Hospital Viamed Virgen de la Paloma de Madrid nos abriera las puertas. Di una conferencia a la dirección del hospital y a todos los jefes de servicio, le dimos toda la documentación y, como este tratamiento no hacía interferencia con ningún tratamiento farmacológico que los pacientes con COVID-19 llevaban, entonces ellos nos dieron vía libre para entrar», explica la doctora Schwartz, presidenta de la Asociación Española de Profesionales Médicos en Ozonoterapia y de la Federación Internacional de Ozonoterapia.
Fue así como un equipo médico, bajo la dirección de la doctora Schwartz y que trabajó de forma totalmente gratuita, administró alrededor de 600 tratamientos de solución salina ozonizada de manera complementaria a pacientes que llevaban entre quince días y un mes hospitalizados por coronavirus.
«Cuando llegamos estaban todos los pacientes con soporte de oxígeno y la mayoría en posición boca abajo porque no podían respirar. A las 48 horas todos esos pacientes estaban ya sentados y muchos de ellos comiendo», indica la doctora Schwartz, doctora en Medicina de la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos, Moscú.
Según los resultados de este estudio, el tratamiento complementario de solución salina ozonizada mejora el metabolismo del oxígeno, disminuye el estrés oxidativo, actúa como un «potente antiinflamatorio» y como antiagregante plaquetario que evita la formación de trombos.
«El tratamiento es endovenoso. Es una inyección al día. Se satura la solución a burbujeo, se trata con un generador de ozono y la fuente es el oxígeno medicinal. Los generadores que usamos son dispositivos médicos con clasificación IIb que tienen el registro de la Comunidad Europea. Los dispositivos que se utilizaron para la administración de la solución salinizada también poseen esa misma clasificación, son dispositivos médicos clase IIb libres de ftalatos y resistentes al ozono porque no hay que olvidarse que el ozono es una molécula oxidante y por eso hay que manejarla muy bien, como todo»
«El protocolo consistía en 10 días de tratamiento, pero esa fue la teoría, porque la práctica fue mucho más rápida. Los pacientes respondieron rapidísimo y ninguno llegó a recibir los 10 tratamientos, por lo tanto, el reciclaje de tratamiento fue mucho mayor. Al quinto día ya estábamos dando altas, con unos laboratorios de bajo riesgo, curados no estaban, claro que no, pero con unos laboratorios de bajo riesgo que les permitía seguir haciendo su seguimiento ambulatorio, aislados en su casa. El que más recibió tratamiento llegó a ocho dosis y no hizo falta más», detalla la doctora Schwartz.
Además, de aplicarlo como tratamiento de sostén, el equipo médico dirigido por la doctora Schwartz también lo utilizó de forma profiláctica.
«Levantamos un protocolo profiláctico que se le hizo a todo el personal sanitario expuesto, los que estaban en primera línea, a nosotros mismos e, incluso, a nuestras familias. Aquí no se improvisó nada y ninguno se enfermó. Se corrió la voz entre distintos colegas, de distintos hospitales, que nos pidieron ayuda porque nuestros colegas estaban cayendo. Recuerde que al inicio estábamos trabajando todos con muy baja protección porque los equipos de protección llegaron casi al final, al inicio estábamos trabajando con bolsas de basura encima. Fue tremendo y de alguna manera teníamos que protegernos y cuando se corrió la voz de colega a colega tocaron nuestra puerta y nosotros gratuitamente lo dimos. Todo este esfuerzo, todo este tratamiento, todo este protocolo se aplicó de manera gratuita de la A a la Z», comenta Schwartz.
De acuerdo con las conclusiones del estudio, este tratamiento con ozonoterapia también ayudaría a tratar los daños colaterales que deja el coronavirus, como los trombos pulmonares.
«Resolver la fibrosos no lo va a resolver porque la fibrosis pulmonar son cicatrices en el pulmón, son tejidos muertos y eso no se puede recuperar, pero sí puede optimizar la oxigenación, el metabolismo del oxígeno y ayudarle a ese paciente a que su sangre esté un poco más oxigenada, mejorar su calidad de vida. Resolverlo no se podrá, pero para mejorar su calidad de vida sí es altamente recomendable», detalla la doctora Schwartz.
Y aunque son muchos los beneficios que detallan sobre este tratamiento también alertan que no es recomendado para todos. Excluyen a las personas que sufren de favismo, una enfermedad que tiende a hacer hemorragias por la falta de fosfato deshidrogenasa, a las embarazadas, a personas que hayan sufrido un infarto de miocardio agudo reciente y a los que tengan estados epilépticos en curso.
Los resultados de este estudio ya fueron comunicados a las autoridades sanitarias de España y formará parte de un artículo de investigación científico que tiene previsto publicarse en septiembre. Será el tiempo el que dirá si este tratamiento se incluirá o no en el Sistema Nacional de Salud. Por el momento, los interesados deberán informarse a través de la Asociación Española de Profesionales Médicos en Ozonoterapia cuáles son los centros de salud que ofrecen este tratamiento.
«Es un tratamiento que está al alcance del bolsillo de cualquiera, no es un tratamiento costoso, no va a quedar en la arruina una persona por esto. No va a costar 2.080 euros que es lo que valen cinco aplicaciones de Remdesivir, por ejemplo, algo que, personalmente, me parece tremendamente exorbitado cuando sabemos, porque esa información está publicada, de que el costo de fabricación de ese medicamento no llega a los 10 euros. Yo entiendo, todos lo entendemos, que los laboratorios tienen que rentabilizar y amortizar la inversión de la investigación, pero clavar a la gente, a los Estados de esa forma, lleva otro nombre», considera.
La doctora Schwartz insiste que no pide suplantar un tratamiento por otro, sino ampliar el abanico de posibilidades para garantizar la atención en aquellos países que no tienen posibilidad de costear un tratamiento tan costoso.
«A mí eso me sobrecoge tremendamente y mire la cantidad de gente que está cayendo. En América Latina actualmente las muertes son exponenciales y hay muchos países que, en algunos casos, ni oxígeno suficiente tienen. Esa es una realidad que parte el alma», confiesa Schwartz.
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