Haitianos siguen hostigando con acciones que buscan provocar enfrentamientos con nuestro país

Redacción/elCorreo.do

SANTO DOMINGO: El Ministerio de Relaciones Exteriores (Mirex) presentó un resumen del nuevo hecho que ha tensado aún más las relaciones entre la República Dominicana y Haití, resaltando que un grupo de haitianos se apropió de la bandera nacional que demarca el límite fronterizo.

“Después de ese hecho, los haitianos intentaron destruir la pirámide número 13 que establece la separación territorial entre Haití y la República Dominicana”, expresó la cancillería.

Indicó que ese acontecimiento generó tensión en la comunidad de La Vigía, provincia Dajabón, zona donde el gobierno dominicano construye una verja perimetral para evitar la entrada de personas sin documentos al país.

El Mirex explicó que estos hechos «fueron captados en videos ampliamente difundidos en las redes sociales» y que la destrucción de la referida pirámide “se encuentra en territorio dominicano y hasta allá irrumpieron ciudadanos haitianos con herramientas de demolición”.

Sin embargo, el organismo gubernamental aseguró que pese a esa inadecuada acción “los haitianos no lograron su propósito, aunque la dañaron significativamente».

Estas acciones se produjeron cuando ciudadanos haitianos reaccionaron al notar el patrullaje vehicular realizado por los soldados dominicanos en la carretera del lado oeste de la verja perimetral inteligente en esa zona fronteriza.

«Aparentemente, ese hecho fue mal interpretado por un grupo de haitianos como incursión en su territorio», agrega.

Sin embargo, las autoridades dominicanas, aclararon y recordaron que lo que delimita legalmente a ambos países no es la verja, sino las pirámides levantadas allí desde el 1929, año en el que ambos países firmaron un acuerdo de paz sobre sus límites fronterizos.

El comunicado del Mirex dice haber quedado perplejo, “al ver cómo el Gobierno haitiano, a través de su Ministerio de Asuntos Exteriores, interpretó el hecho colocando a la República Dominicana como la provocadora del conflicto, dándole validez a la opinión de «observadores» no identificados, antes que a lo expresado por el canciller Roberto Álvarez y los videos difundidos y las opiniones de «haitianos sensatos».