
Redacción/elCorreo.do
SANTO DOMINGO: La coincidencia de propósitos puesta de manifiesto por los partidos Revolucionario Moderno (PRM) y de la Liberación Dominicana (PLD) en la elección de dos órganos constitucionales comienza a generar especulaciones acerca de cuál sería el verdadero alcance de ese empatía.
En ese sentido, se sospecha que el punto fundamental a que se encaminaría el entendimiento sería hacia una reforma constitucional que habilitaría al ex presidente Danilo Medina para que pueda aspirar a una nueva candidatura cuando este lo crea conveniente o le cambien las circunstancias adversas que atraviesa en la actualidad.
Se sabe que al ex mandatario no le disgustaría esa eventualidad aun cuando al final no vuelva a buscar la presidencia, y sólo lo reciba como una reivindicación política.
Lo anterior, retrotrayendo el escenario a junio de 2019 cuando Medina, presionado por un golpe de masas que se mantuvo en torno al Congreso Nacional, tuvo que bajarse del tren reeleccionista que se dirigía hacia una segunda reforma de la carta magna para optar por un tercer período consecutivo.
Sin olvidar el factor externo que también le jugó radicalmente en contra, siendo la administración Trump un punto importante a través de aquella famosa conversación telefónica mantenida por el entonces presidente Medina con quien ocupaba la Secretaría de Estado, Mike Pompeo.
Para los analistas no resulta descabellada la posibilidad de que perremeístas y peledeístas se pongan de acuerdo para propiciar la reforma, si en los cálculos de cada uno se visualiza alguna ventaja de cara a los comicios de 2024 o tal vez más allá.
Lo que parecía poco probable hace pocos meses, la realidad es que PRM y PLD se han puesto de acuerdo para la conformación de la Cámara de Cuentas y del Defensor del Pueblo, al margen de la Fuerza del Pueblo que fue aliado de la hoy organización oficialista en el nivel senatorial en los comicios del pasado año.
El entendimiento, tácito o negociado previamente entre el PRM y la formación morada, no puede pasar inadvertido en un momento en que varios ex funcionarios del pasado Gobierno están en prisión o bajo investigación por supuestos actos de corrupción.
Contraprestaciones
En la actividad política, y en mayor grado en las funciones de Gobierno, ninguna acción puede estar desconectada de la siguiente, razón por la cual se percibe que en los últimos movimientos en el Congreso subyace una realidad que no percibe la mayoría.
El sentido estricto de las prestaciones y contraprestaciones apunta a que al aliarse coyunturalmente al PLD, el partido de Gobierno busca una pieza más importante que la incumbencia del Defensor del Pueblo, razón por la cual no se jugó la carta visible que se suponía era Fidel Santana.
¿Qué persigue el PRM?
En primer lugar, lo que busca el PRM es mantener una cohabitación más a menos armoniosa con el PLD, no mirando a los tres senadores que esa organización tiene, sino a los 66 diputados que aún conserva, lo que le concede poder de veto en la Cámara Baja.
Frente a esa realidad, el Palacio ha hecho un cálculo de simple aritmética, conforme el cual debe llevarse lo mejor posible con el partido cuya bancada le puede cerrar la aprobación de iniciativas que requieren de mayoría calificada.
Si bien en el Senado esa mayoría se la garantiza de manera holgada la Fuerza del Pueblo con sus nueve escaños, la realidad cambia en el ala norte del Palacio del Congreso donde el partido verde sólo tiene una bancada de 14 asientos que ha ido construyendo merced a desprendimientos del peledeísmo desplazado del poder,
¿Qué busca el PLD?
No parece posible que el PLD procure con su alianza circunstancial con el PRM que se ponga fin a la persecución de ex funcionarios y allegados que están siendo objeto del escrutinio judicial, pues eso sería mucho pedir a una presidente que ha proclamado en todos los escenarios que no se involucra en los recursos que maneja el Ministerio Público.
Lo que sí puede esperar el PLD como contraprestación a su coincidencia con el PRM, es que en la próxima reforma constitucional que ha avisado el presidente Luis Abinader, se incluya la habilitación de Medina.
Si bien una reforma constitucional se puede llevar a cabo al margen del PLD, cuyos 69 senadores y diputados no impedirían que las demás fuerzas alcance las dos terceras partes, esta mayoría calificada sería más amplia con el partido morado.
Esta es una de las aristas que se pueden analizar en torno a la impensada confluencia de un partido que ha estado sometido a los más amplios cuestionamientos por parte de su sucesor en la conducción del Estado.
Otro elemento no desdeñable pudiera ser propiciar mediante la rehabilitación de Medina, un enfrentamiento de mayores repercusiones entre este y quien fuera su rival interno y ahora competidores externos, el ex presidente Leonel Fernández.
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