Redacción/elCorreo.do
SANTO DOMINGO: El diputado por el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) por la Romana, Pedro Botello, sigue manifestando un comportamiento díscolo, sin que su organización política le merezca la más mínima preocupación.
Ya se conocen las inauditas acciones del legislador de intentar introducir u cartelón a la sala de sesión de la Cámara Baja, provocando un mayúsculo incidente con la seguridad, y las agresiones al local de su centro de trabajo, en el Centro de los Héroes.
A lo anterior se suma la propuesta de venta de al menos una de las dos exoneraciones que se auto-aprobaron los legisladores y lo de este miércoles, prometiendo renunciar a su curul si el consejo de disciplina del Congreso comprueba que realizó alguna agresión en la manifestación por la liberación del 30% de los fondos de pensiones del jueves pasado.
“Si el presidente de la comisión de disciplina, si el presidente de la Cámara de Diputados me demuestra a mí que yo lancé una piedra, que yo agredí un agente de la policía, que yo agredí a este edificio, yo lo juro, por la memoria de mi madre, que en 24 horas renuncio como diputado”, manifestó el legislador.
Estas declaraciones se produjeron luego de que en la Cámara Baja se recibiera un comunicado del Senado que lo señaló como el principal responsable de los actos violentos de las referidas protestas.
El legislador olvidó que en dicho documento, la llamada Cámara Alta describió que las acciones del grupo fueron instigadas por Botello, resultando en agresiones a agentes del orden público y daños al Congreso causados por piedras lanzadas por los manifestantes.
Asimismo, los senadores les otorgaron a los diputados la potestad de decidir sobre las posibles sanciones a aplicar, por lo que el presidente de la Cámara Baja, Alfredo Pacheco, afirmó que las informaciones serán remitidas al consejo de disciplina para este fin.
La inusual conducta del congresista parece también ignorar el contenido del artículo 170 del reglamento de los diputados, en el que faculta al consejo puede presentar castigos que van de la amonestación privada, hasta la censura pública.
También, la privación de representar a la Cámara en eventos nacionales e internacionales por el tiempo que el Consejo de Disciplina determine, suspensión de las comisiones de trabajo a que pertenezca, y la privación del disfrute de pago de viáticos.
Igualmente, a través del acápite 83 de la Constitución, los diputados podrán acusar ante el Senado a los funcionarios elegidos por voto popular por cometer “faltas graves” en el ejercicio de sus funciones.
La acusación sólo podrá formularse con el voto favorable de las dos terceras partes de la matrícula, lo que desafortunadamente por el congresista no sería óbice por la animadversión que se ha generado con su accionar, el propio diputado Botello.
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