
Redacción/ElCorreo.do
SANTO DOMINGO: La entidad del sector privado Acción Empresarial por la Educación (Educa) propuso este sábado al Gobierno estimular a las familias para que sean ellas las que produzcan con elementos caseros los millones de mascarillas que necesitarán los estudiantes durante el venidero año lectivo 2020-2021.
De esta forma, Educa rechaza la idea de que el Ministerio de Educación (Minerd) provea el utensilio protector contra el virus de COVID-19, “por el alto costo que tendría en las finanzas públicas y por la escasa utilidad de las mascarillas no adecuadas”.
“El Minerd debiera recomendar y fomentar el uso de las mascarillas, pero debiera apelar a la libertad de las familias, docentes y funcionarios evitando decretar el uso obligatorio de este implemento”, sostiene.
La razón del planteamiento se sostiene en que “sería de difícil fiscalización, más todavía de establecer sanciones, además porque su uso para este caso no está probado”, expone Educa en el documento “Principios y lineamientos para el año escolar 2020-2021”, preparado por sus ejecutivos Darwin Carballo y Marygracia Aquino.
Educa se define como “una institución, que representa al sector privado en materia de educación, tiene como misión trabajar para que todo niño, niña y adolescente cumpla con el derecho humano fundamental a recibir una educación de calidad”.
Razona que “el uso de mascarillas en los recintos educativos es uno de los dolores de cabeza del sistema educativo en este momento en que se definen los protocolos de inicio del año escolar”.
Sostiene a la vez, que su preocupación es por el alto costo que representará para el Gobierno suplir diariamente de esta indumentaria de protección a los 2.6 millones que integran la comunidad educativa.
“Dado que el Minerd atiende a más de 2 millones de estudiantes, 100,000 educadores y 70 funcionarios, asignar mascarillas del primer tipo para este volumen de población y con los patrones de uso para asegurar su eficacia sería prácticamente imposible”, enfatiza.
Señala de acuerdo con consultas hechas a proveedores internacionales (obteniendo un mejor precio promedio de US$0.84 por unidad), la compra de mascarillas al por mayor representaría una erogación superior a los 650 millones de dólares al año.
Asume que con el patrón de uso establecido para asegurar efectividad, la seguridad en el uso de este implemento resultará relativa, ya que los usuarios en el sistema no están habituados a su utilización.
Propuesta de protocolo
En su propuesta de protocolo para el inicio del próximo año escolar, Educa plantea como principios que deben regir el calendario escolar 2020-2021, “el derecho a aprender, la continuidad y permanencia del proceso educativo, la flexibilidad del sistema mientras permanezca la covidianidad”.
Agrega que “la garantía de equidad en los aprendizajes (especialmente a los de menos recursos), territorialidad (de acuerdo a su vulnerabilidad), la eficacia de los protocolos, proactividad e innovación, confianza y unidad”.
Sobre el aspecto sanitario, Educa sugiere la realización de una campaña de educación sanitaria previo al inicio del regreso a la “presencialidad”, “la cual deberá difundirse en todas las plataformas y redes dentro y fuera del ministerio y estar acompañada de una guía física para los trabajadores de la educación como a las familias”.
Separación física
En torno a la separación física, propone establecer parámetros para que los estudiantes guarden distancias prudenciales, evitando contactos y procurando actividades que promuevan el distanciamiento, pero indica que dependerá del docente y el centro educativo la forma en que se apliquen las medidas dependiendo los espacios que disponga el centro.
Asimismo, indica que se debe dar continuidad a la alimentación escolar garantizando la salubridad de alimentos y bebidas y como método para evitar aglomeraciones proponen las “burbujas protectoras”, o sea, por grupos.
Resalta la importancia de que el educador esté atento a síntomas visibles del virus para disponer la no asistencia a clases de estudiantes.
Educa aconseja que el Minerd asegure que todos los centros que se reintegren a la docencia presencial “cuenten con las condiciones mínimas sanitarias que permitan acatar el protocolo de limpieza de todas las áreas, así como el recurrente lavado de manos por parte de los estudiantes, docentes y demás personal del centro”.
Propone por igual que en lo referente a los horarios de clases, la división en grupos y la alternabilidad en la asistencia presencial o modelo híbrido, es decir, una cantidad de docencia presencial y otra de seguimiento virtual.
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