Editorial de Le Nouvelliste
El diario haitiano Le Nouvelliste tiene plana coincidencia con nuestra postura sobre la dejadez de los Estados Unidos para afrontar con determinación la situación de Haití. Su visita a la nación haitiana ha sido una simple exposición de diplomacia light que en nada impacta en la búsqueda de una solución real a la crisis haitiana.
En ese sentido, damos cabida al editorial del diario del vecino país, por considerarlo muy atinado:
La visita del secretario de Estado estadounidense a Haití durante unas horas, el 5 de septiembre de 2024, subraya, si es necesario, las dificultades que atraviesa el país.
El ministro estadounidense no se reunió con ninguno de los funcionarios haitianos dentro de cuatro paredes propiedad de haitianos.
Vio al ministro de Asuntos Exteriores en la pista del aeropuerto Toussaint Louverture e invitó al presidente del Consejo Presidencial de Transición y al primer ministro a reunirse con él en la residencia oficial del embajador estadounidense en Haití.
Antony Blinken se reunió en la embajada estadounidense con el director de la policía nacional en la base de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad y con los líderes de los sectores políticos representados en el Consejo de Transición Presidencial.
Las dos máximas autoridades del país, el presidente y el primer ministro, no tenían lugares adecuados para recibir a un ministro visitante en Haití.
Cualesquiera que sean las razones: condiciones de hacinamiento, mala ubicación o incapacidad para garantizar la seguridad del dignatario estadounidense y su séquito, hemos experimentado un declive extraordinario en unos pocos años.
Otro punto llamativo: los haitianos aparecieron como simples espectadores de la visita del Secretario de Estado Blinken.
Los ecos del encuentro entre el primer diplomático estadounidense y el presidente de la CPT, relatados por el propio Edgard Leblanc Fils, son tan sorprendentes como confusos. Incluso antes de la salida del país del anfitrión, el ex presidente del Senado haitiano dejó claro en una conferencia de prensa que «la marginación de los miembros del CPT indexados por acusaciones de corrupción no fue el tema de las discusiones con el Secretario de Estado».
Edgard Leblanc Fils, sin embargo, subrayó que había advertido al Secretario de Estado estadounidense que estas acusaciones de corrupción «afectan a la CPT» porque la estructura «está teniendo dificultades para avanzar, como ha ocurrido desde el principio».
Cabe señalar que durante su rueda de prensa Blinken fue claro al respecto. No quiero decir lo que le dijo a X o Y, sino decir lo que Estados Unidos quiere en términos de lucha contra la corrupción.
Quién sabe por qué, el gobierno de Conille guardó silencio sobre la visita. Antes. Durante. Y después. Ni una palabra del Primer Ministro ni del Ministro de Asuntos Exteriores. Aunque el gobierno y su líder parecen ser los grandes ganadores de esta secuencia.
Como en cada visita similar, cada actor político haitiano tenía una lista de quejas que presentar al visitante. Nuestra ropa de baño está acostumbrada a ir a la tintorería de autoridades extranjeras. Continúa.
No serán las partes interesadas del Consejo Presidencial de Transición ni el gobierno actual quienes se quejarán de ello.
¿No nació así el equipo CPT-PM denunciando a Ariel Henry ante las autoridades internacionales?
Otro dato a destacar de la visita, el expediente Haití-República Dominicana no fue discutido en nuestro suelo sino directamente con el presidente dominicano.
De hecho, no está claro qué cuestiones plantearon los actores haitianos durante la visita de Blinken que afectan al destino de todos los haitianos.
Hablaron de sus problemas y de sus dificultades, no realmente de las de Haití.
Nuestros funcionarios ni siquiera apoyaron la necesidad de relanzar ciertos acuerdos económicos que vinculan a Haití y los Estados Unidos de América. El secretario de Estado habló sobre la ley Esperanza/Ayuda. Nadie pidió la reactivación del Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) del que Haití era beneficiario.
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