Danilismo se proyecta como gran dolor de cabeza legislativo del presidente Luis Abinader

Redacción/elCorreo.do
SANTO DOMINGO: El poder de veto que aún conserva el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en la Cámara de Diputados se perfila como un gran dolor de cabeza para el presidente Luis Abinader y el Partido Revolucionario Moderno (PRD).
Ello así debido a que los 68 diputados que controla el expresidente Danilo Medina le impedirán al jefe del Estado pasar legislaciones de su interés pero que requieran la aprobación de las dos terceras partes por tratarse de leyes orgánicas.
Aun cuando el PLD ha perdido seis de sus 74 diputados, conserva cinco por encima de la matrícula de veto, es decir, 63 que representan la tercera parte de los 190 representantes.
Esta situación obligaría a un permanente consenso entre el presidente Abinader y los expresidentes Medina y Leonel Fernández.
Con la agravante de que el PRM no ha podido sustituto los tres diputados renunciantes para ocupar funciones administrativas ni la cuarta que falleció antes de asumir a causa de coronavirus.
Estos legisladores son Josefa Castillo, Olmedo Caba, Nelson Arroyo y la fallecida Zaida Polanco.
Esta situación le presagia al PRM un cuadro de imposibilidad para aprobar orgánicas de conformidad con el artículo 112 de la Constitución de la República.
De este modo el principal partido opositor, en ese escenario congresual, adquiere la categoría de indispensable por su poder obstaculizador para convertir en leyes orgánicas como lo es por ejemplo el proyecto del Presupuesto de Ingresos y Gastos públicos.
Consciente de la necesidad que tiene la administración del presidente Luis Abinader, el danilismo “levanta el pecho” envalentonado, en esperada de que se le convoque a negociar salidas salvadoras que afectarían a no pocos de sus dirigentes.
Siendo la matrícula total de diputados de 190 miembros, las dos terceras partes son 127, cantidad de la que está bastante lejos el bloque perremeista, aún la colaboración de la Fuerza del Pueblo y otras organizaciones representadas en la Cámara Baja.
En fin, la apatía partidaria del PRM, en caso de continuar como hasta ahora, posiblemente más temprano que tarde, la representación peledeísta puede convertirse en el peor dolor de cabeza del presidente Abinader.
Sin embargo…
Mientras esa realidad sigue inalterable, la desbandada dirección nacional del PRM sólo se ocupa del día a día que les requiere a su presidente, José Ignacio Paliza, como ministro Administrativo de la Presidencia; Carolina Mejía, la secretaria general, en la alcaldía de la capital, y a Deligne Ascención, secretario de organización, al frente de Obras Públicas.
Por la situación descrita antes, resalta una aparente desidia para llenar las cuatro vacantes en la Cámara de Diputados, por complacer o no enojar a una dirigente renunciante de su curul para ocupar un cargo más remunerado en el Gobierno.
Si de algo debe preocuparse de inmediato la ocupada máxima dirección del PRM es no sólo completar su matrícula, sino ampliarla para superar la deficiencia numérica para por sí solo decidir la conversión en leyes las iniciativas que entienda les conviene.
De acuerdo con el artículo 77 de la Constitución, cuando hay “vacantes de senadores o diputados, la cámara correspondiente escogerá en un plazo no mayor de 30 días, a su sustituto de la terna que le presente el organismo superior del partido que lo postuló”.
Igual mandato contempla el Reglamento de la Cámara de Diputados, lo que envió desde el mismo 16 de agosto a la ilegalidad tanto al órgano partidario como a la institución legislativa.
Los sustituidos
En el caso de la fallecida, el PRM debió presentar a la nueva dirección de la Cámara, el acta de defunción expedida y de inmediato iniciar el conteo regresivo para que su partido estructure de la cual el pleno escoja su reemplazo. Pero hasta ahora ninguna de las partes lo ha hecho.
Igual que el PRM, el bufete directivo de la Cámara Baja incumple su responsabilidad de completar la matrícula del organismo, pero parece que sigue el mismo comportamiento de su partido, sin siquiera ofrecer la menor explicación al país.
Uso y costumbre
Aunque todos conocen cómo se debe realizar la sustitución, el clientelismo político impera ante cualquier razonamiento legal y justo, porque “el uso y costumbre” en el Congreso Nacional es que casi siempre recaiga en un familiar cercano, esposa, esposo o hijos.
Esto ha sido así en los casos de fallecimientos o en las renuncias cuando un legislador es designado en otro puesto de la administración pública.
¿Qué es una ley orgánica?
Se denominan leyes orgánicas a aquellas referidas a asuntos de tal importancia para la nación, que su aprobación requiere de un consenso y procedimiento aprobatorio por el poder legislativo.
Las leyes orgánicas constituyen una herramienta útil para ejercer cambios significativos o de vital importancia en el modo de operar de los Estados, sin tener que alterar o reformular el marco constitucional.
Lo anterior implicaría básicamente refundar la República o iniciar algún tipo de proceso de enmienda o de Asamblea Constituyente, lo cual siempre representa un proceso largo, difícil y riesgoso.
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