Creen ambición de Margarita la condujo a eclipsar una carrera política fulgurante
Redacción/ElCorreo.do
SANTO DOMINGO: Margarita María Cedeño Lizardo, (o simplemente Margarita), ha sido una de las pocas dominicanas que ha disfrutado del poder incluso antes de ser Primera Dama, ya que su matrimonio con el entonces candidato al regreso presidencial, Leonel Fernández, en 2003, le abrió la puerta para llegar al sitial público en ascenso, que declina— momentánea o definitivamente—este domingo.
Analistas de diversos colores perfilan que la vicepresidenta de la República durante ocho años y primera dama por otros tantos, arriesgó todo su capital—poco o mucho—en una sola partida en la cual las cartas parecían estar marcadas para perder.
Más de uno consideran que la abogada y miembro del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana, al alinearse con los verdugos de su esposo, jugó un papel que transgredió el código no escrito en la mujer dominicana, país donde la esposa fracasa o triunfa pero al lado de su cónyuge.
La carrera de Cedeño ha sido tan acelerada y de éxito que en su haber tiene varias primacías políticas:
1.- Primera abogada primera dama (2004-2012).
2.- Primera vicepresidenta que dura en el cargo ocho años (2012-2020).
3.- Primera dominicana que primero expresa solidaridad política con su esposo y luego lo enfrenta cuando éste se vio prácticamente forzado a dejar el partido que lideró durante 20 años.
Sin embargo, no todo obra en su favor.
Su decisión de aceptar una tercera postulación para el cargo de Vicepresidenta, fue interpretada como la recompensa por renegar de su papel de esposa, lo que le mereció la crítica de una parte de la población, que consideró su accionar como un mensaje negativo para la unidad familiar.
“La vicepresidenta Margarita Cedeño envía un mensaje negativo a la sociedad, al aceptar ser compañera de boleta del candidato a la presidencia por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Gonzalo Castillo”, planteaban algunos.
Sin embargo, en la cuenta de Twitter que regularmente usa de manera activa, Margarita se define a sí misma como «madre (de tres hijos, una con Fernández), esposa, abogada, ciudadana sensible y solidaria, primera dama de la República Dominicana y comprometida con los más necesitados».
El ego político llegó a elevarse tanto, que durante las primarias de su partido para elegir el candidato presidencial y otras nominaciones, consideró que ni el PLD, Leonel, ni su jefe inmediato, Danilo, significaban la continuidad de la organización en el poder.
“Las candidaturas de Danilo Medina y Leonel Fernández serían un perder-perder para el país y hay una tercera vía que sería un ganar-ganar”, la de ella misma.
Primera Dama
El Despacho de la Primera Dama fue creado oficialmente el 10 de septiembre de 2000, mediante el Decreto 741-2000, emitido por el presidente Hipólito Mejía, pero como las anteriores, fue discreta en su accionar.
Pero con la inauguración del segundo mandato de Fernández, todo cambió. Usó esa plataforma para hacerse sentir, tanto como la mujer del gobernante, como la compañera de partido con ambiciones a futuro inmediato o mediato.
En su ascenso político, Margarita abandonó en su nuevo camino partidario de su marido, quien formó el partido Fuerza del Pueblo, para enfrentar junto a un conjunto de organizaciones opositoras el intento fallido del presidente Medina, de seguir gobernando a través de Gonzalo Castillo y ella.
“De ganar-ganar” a “perder-perder”
Con la aceptación de conformar de fórmula electoral del PLD, la sagaz política apostaba a su propuesta de ganar-ganar, consistente en seguir como vicepresidenta, si ganaba Gonzalo y retornar a Primera Dama, en caso de que su abandonado consorte retornara al Palacio Nacional por cuarta vez.
Pero no fue posible, sus cálculos fallaron y todo se resumió en perder-perder, como creyó significaban sus superiores de alcoba y el Palacio Nacional.
En las condiciones en que el PLD sale del poder este domingo, no muchos se aventuran a vaticinarle un futuro promisorio a la que por un buen tiempo fue considerada la más viable opción para convertirse en la primera mujer gobernante de la República Dominicana.
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