Carmen Imbert revela miembros JCE estuvieron al margen de crisis motivó suspensión elecciones de febrero; dice fueron presionados

Redacción/elCorreo.do
SANTO DOMINGO: La doctora Carmen Imbert Brugal, miembro titular de la Junta Central Electoral (JCE), que aspira a reelegirse en el cargo, confiesa que el Pleno de ese organismo estuvo al margen de la crisis institucional que vivió el país cuando se abortaron las elecciones de febrero por fallas en el sistema de voto automatizado.
Así lo manifiesta la dama en un artículo de opinión titulado “Antes, durante y después”, publicado en el matutino Hoy el 20 de abril, dos meses después de las suspendidas elecciones municipales, donde la magistrada da un enfoque de lo que atiende ocurrió en esos difíciles momentos que estremecieron los cimientos de la democracia.
En su análisis, Imbert Brugal detalla que, aunque para ella “ahí” no hubo sorpresas, luego afirma que “el Pleno de la JCE desconocía las ocurrencias que desde el día 15 de febrero auguraban la tormenta”.
Al mismo tiempo resalta que los delegados políticos y técnicos, “sí sabían, como supo la Misión de Observación Electoral de la OEA, desde la noche antes, la existencia del problema que pudo evitarse con la adecuada información al órgano electoral”.
Relató que “el Pleno estuvo ajeno a la contingencia, sin percepción del peligro, hasta las 7:18 am del día fatal, cuando comenzó el requerimiento impositivo para que se dictara la suspensión. La JCE no podía apostar al fracaso, creyó, hasta la debacle, en la pericia informática”
En ese mismo orden, subraya que “lo ocurrido ameritaba sensatez y pactos para evitar el desenlace y eso fue impedido con intimidación y complicidades”, sin abundar de dónde vinieron una ni la otra.
La titular de la JCE aclara, sin embargo, que lo expuesto no significa negar la imprevisión, negligencia, falta de protocolo de contingencia que entiende matizaron ese proceso
“La exculpación no es un camino, pero sí la mención de los hallazgos”, señala Imbert Brugal, quien al igual que la doctora Rosario Altagracia Graciano de los Santos son las únicas de los cinco miembros titulares de la JCE que buscan la reelección.
Los nombres de ambas figuran en el listado publicado por la comisión especial del Senado encargada de evaluar, depurar y seleccionar las ternas para la escogencia de cinco miembros titulares y sus suplentes
Además de las dos damas, entre los aspirantes también se destacan los nombres de Eddy Olivares y José Ángel Aquino, dos ex miembros, entre otros antiguos integrantes de la JCE que aspiran volver a la entidad, tales como Rafaelina Peralta Arias, Ramón Hernández Domínguez, Rafael Vallejo Santelises y Luis Mora Guzmán.
La mordaza
Al inicio del referido artículo, Imbert Brugal señala que al parecer se había acordado entre los miembros del Pleno esperar el resultado de las auditorias, antes de emitir opiniones en torno a los motivos de la suspensión de los comicios del 16 de febrero
Reseña que “dos informes estaban pendientes y aunque los protagonistas sabían cómo y porqué, la Junta Central Electoral JCE debía soportar la falsía. Cualquier respuesta a las provocaciones no tendría eco, actitud hasta hoy vigente”.
No obstante, cuestiona el que se impusiera en el Pleno una especie de código de silencio, destacando que “todos saben cómo se produjo la suspensión de las elecciones ordinarias generales municipales el 16 de febrero, empero, continúan repitiendo la fábula”.
Expresa que tres días después de la que califica “traumática suspensión”, el Pleno de la JCE celebró una audiencia con los representantes de los partidos políticos para evaluar lo ocurrido, e informar los detalles de las elecciones extraordinarias, convocadas para el 15 de marzo, aun con el tema pendiente de lo ocurrido en las municipales.
Detalla que, en esa oportunidad, durante nueve horas, el Pleno soportó un juicio inquisitorio, cargado de insultos e imputaciones aviesas por parte de los representantes de esas organizaciones, lo que en su opinión sería algo así como “la antesala del agravio en la plaza pública.
Para ella, se trató de algo así como “el pronunciamiento de una sentencia condenatoria, sin posibilidad de recurso que afectó nuestra dignidad, arriesgó la democracia y comprometió a la institución”.
Sobre ese particular, enfatiza que “la JCE fue tan víctima de la falencia, como las multitudes que gritaban solicitando nuestras cabezas. Esa condición es ratificada por los informes publicados”
“La comunidad política y cívica conoció la encerrona y todavía divulga falacias. Continúa, luego del impecable desempeño electoral el 15 de marzo y después del resultado de las auditorías. Sigue, indetenible, en tiempo de pandemia”, lamenta.
Apunta que “en los textos está la suma de autosuficiencia, ausencia de comunicación, ilusión de solucionar el entuerto, incumplimiento de convenios e intención de provocar el caos”.
Imbert Brugal matiza que luego de cancelados los comicios, la decisión inicial fue continuar las elecciones en los 140 municipios, no afectados por el fallo del sistema de voto automatizado, pero que la misma luego fue revocada de manera unilateral.
Así lo afirma cuando puntualiza que la deliberación que produjo la decisión final, sin unanimidad, se desarrolló con la intervención de agentes extraños, sin privacidad.
“Tres rondas de votación fueron influenciadas por esas intervenciones, algunas francamente conminatorias y apocalípticas. Lamentable ahora la reanudación del embate, de las imprecisiones que encantan a la sinrazón. Es la repetición del antes y del durante, aunque el después está en el proceso celebrado el 15 marzo que no ha sido objetado”, concluye.
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