Cálculos sobre baja inflación hace el BC sirven poco en medio de escalada en precios de alimentos
Por Abel Reynoso

Redacción/elCorreo.do
SANTO DOMINGO: Justo el 13 de mayo de 2018, el entonces precandidato presidencial y hoy jefe del Estado Dominicano, Luis Abinader, exigió que la administración del presidente Danilo Medina adoptar “medidas dirigidas a aliviar la difícil situación que padecen amplios sectores del pueblo, debido a las alzas sostenidas de precios de bienes y servicios de primera necesidad, y el descalabro de importantes servicios públicos”.
“El alza generalizada de precios de los bienes y servicios de la canasta familiar, acumulada a lo largo de todo el año, está causando estragos en los presupuestos de los hogares humildes y de la clase media, deteriorando severamente su calidad de vida”, sostuvo el líder político opositor y economista.
Ahora es a Abinader a quien la población le reclama asumir lo que le exigía al pasado gobernante, porque “los precios de los productos de primera necesidad continúan elevándose”.
Como alivio psicológico del problema, pero en un lenguaje difícil de entender a los que no dominan los términos económicos, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) emitió este jueves un comunicado, dando cuenta de que “la variación del Indice de Precios al Consumidor (IPC) en el pasado abril, fue de 0.41 %, “la menor tasa de inflación mensual en los primeros cuatro meses del año”
Pero el pueblo sólo siente la mengua de su capacidad para compra los productos de primera necesidad, dándole igual cuando lee y/ escucha los técnicos decir que esa “menor tasa de inflación evidencia una desaceleración en el ritmo de crecimiento de los precios”.
Tampoco asimila el señalamiento de que “la inflación acumulada en el período enero-abril se sitúa en 2.69 %”, porque el padre o madre de familia saben que del incremento de los precios han ido moviéndose hacia arriba, en los mercados, ventorrillos, pulperías, colmados y los supermercados.
Los comerciantes se unen a las amas de casa manteniendo la queja de que las ventas y los recursos económicos se vuelven cada día más escasos.
El covid-19
La situación tiene como justificación básica “la llegada hace algo más de un año del denominado SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19, generador de calamidades sanitarias y paralización económica afectando con dificultades el seno familiar en la República Dominicana y el resto del mundo.
Las familias de la clase media baja son las más afectadas por los altos costos de los alimentos y de los combustibles.
Alegan que debido a que si antes contaban con una cantidad de dinero destinada a una compra para el mes en su hogar, ahora tienen que disponer de casi el doble para comprar los mismos artículos.
A lo anterior se le agrega la desgracia de que miles de personas se enfrentan la dura realidad de estar desempleadas, en los momentos más difíciles que ha vivido la humanidad en los últimos tiempos.
Por eso, los expertos económicos explican que el costo de los artículos que componen la canasta básica familiar continúa su escalada alcista, citando el caso del arroz, alimento considerado “político”, por ser de consumo cotidiano, el que aumentó al menos pesos la libra en los últimos días.
Igual situación presenta el galón de aceite, que pasó de RD$550 a 850 pesos; la libra de habichuela, de 40 a 75; la lata de Guandules, ya alcanza los RD$110 la lata, o un incremento de diez pesos.
Según declaró un comerciante del sector Herrera, Santo Domingo Oeste “ya nosotros nos da pena con nuestros clientes, por los precios cada vez más altos, pero es que vamos a reponer mercancías, tenemos que comprarlas más caro”.
Lamentó que esta situación tenga las ventas “por el suelo y la gente está al grito”.
La “buena noticia” del BC
Ante las vicisitudes que afecta la población, el Banco Central presenta un panorama de esperanza, señalando que respecto a la inflación, “subyacente del mes de abril, ésta se ubicó en 0.39 %, respecto al mes de marzo de 2021”.
“Este indicador aísla las variaciones de los precios de algunos bienes agropecuarios que tienden a ser volátiles, así como de las bebidas alcohólicas, el tabaco, los combustibles y los servicios administrados y de transporte”.
En su lenguaje técnico, el organismo regulador de las finanzas del Estado explica que en resumen lo que quiere decir es que se reciben señales que permiten “extraer señales más claras para la conducción de la política monetaria (¿?)”.
Puntualizó que al medir el comportamiento de la inflación en términos interanuales, durante los últimos doce meses, “se refleja un efecto estadístico con respecto a la base de comparación, ya que en el año 2020 en los meses de febrero (-0.13%), marzo
(-0.52%) y abril (-0.82%)”.
“Las variaciones del IPC fueron negativas, lo que implica que el indicador de inflación interanual a abril 2021 está influenciado por un sesgo transitorio al alza al hacer la comparación correspondiente con el mes de abril de 2020, cuando la inflación fue negativa”, dijo.
Agregó que por todo lo anterior, se espera que dicho efecto comience a disiparse gradualmente a partir de junio, “cuando la inflación iniciaría un proceso de convergencia hacia el rango meta establecido en el Programa Monetario de 4 %±1 %, conforme a los modelos del sistema de pronósticos”.
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