Bukele vuelva a ser centro de atención: destituye 5 jueces de la Corte Suprema y el fiscal general

Redacción/elCorreo.do
SAN SALVADOR, El Salvador: De nuevo el presidente de este pequeño país centroamericano, Nayib Bukele, es el centro de atención hemisférico, en esta ocasión, debido al inició este fin de semana de lo que ha denominado una «limpieza de casa», destituyendo, con el apoyo del Congreso, un grupo de jueces de la Corte Suprema y al fiscal general.
Estas acciones, como se esperaba, encendieron las alarmas sobre intentos de concentración de poder, como se le se señaló en febrero de 2020, al ocupar la sede del legislativo junto a altos oficiales de la policía.
En esa ocasión el joven gobernante reaccionó colérico después de que los diputados se negaron a aprobar un préstamo por US$109 millones, considerados clave para financiar la estrategia de seguridad en una de las naciones más violentas del mundo.
En esta ocasión, y luego de controlar el parlamento en las recién pasadas elecciones, Bukele aplicó la máxima sustentada por algunos, de que el poder es para usarlo.
«Condenamos categóricamente este golpe de Estado, avalado por el presidente Bukele y ejecutado por diputados de los partidos Nuevas Ideas, Gana, PCN y PDC», todos aliados del gobernante, dijeron en un comunicado 25 organizaciones de la sociedad civil salvadoreña, entre ellas gremios empresariales.
«Mediante la cooptación de la justicia pretenden consumar un ya incuestionable proyecto político autoritario en el que todos los poderes responden a una sola persona», agregaron.
Su poder congresual
La primera medida adoptada el sábado por la nueva Asamblea Legislativa unicameral, donde los aliados de Bukele tienen 61 de 84 escaños, fue destituir a los cinco miembros de la Sala Constitucional de la Corte Suprema, la más importante de ese tribunal, y nombrar a sus reemplazantes, cuyos nombres ya tenía listos.
La Sala Constitucional, cuya misión es velar por el cumplimiento de la Carta Magna, había contenido varias medidas presidenciales relacionadas con el manejo de la pandemia, la mayoría sobre regímenes de excepción, al considerar que vulneraban derechos fundamentales de la ciudadanía.
El presidente ha tenido duros calificativos contra ellos y los acusó de no permitirle cuidar de la vida de sus compatriotas.
«¿Dictador? Los hubiera fusilado a todos o algo así. Salvar mil vidas a cambio de cinco (los magistrados), pero no soy un dictador», ironizó Bukele en agosto pasado.
El Parlamento destituyó también al fiscal general, Raúl Melara, a quien cuestionó por tener filiaciones con el partido opositor derechista ARENA. Entrada la madrugada del domingo eligieron a su sucesor, Rodolfo Delgado.
Tanto los nuevos magistrados como el fiscal fueron escoltados por la policía para asumir sus cargos de inmediato. Luego, el director de la Policía Nacional Civil (PNC), Mauricio Arriaza, ingresó entre aplausos a la sala de la Asamblea Legislativa.
«Falta mucho por cambiar en nuestro país, pero está claro que no pueden hacerlo todo en un día. Sé que la mayoría del pueblo salvadoreño espera con ansias la segunda plenaria» que se realizará el lunes, detalló Bukele.
«Preocupación» de EEUU
Este domingo, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, expresó la «profunda preocupación» de su gobierno «por la democracia de El Salvador», tras la destitución de magistrados.
«Un poder judicial independiente es fundamental para una democracia sana y para una economía fuerte», escribió Harris en Twitter.
Horas antes, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, extendió la preocupación por la destitución del fiscal general, del que dijo «lucha contra la corrupción y la impunidad y es un socio eficaz de los esfuerzos para combatir el crimen tanto en Estados Unidos como en El Salvador», según el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price.
Blinken destacó el compromiso de Estados Unidos para mejorar las condiciones en El Salvador, incluso «reforzando las instituciones democráticas y la separación de poderes, defendiendo una prensa libre y una sociedad civil vibrante».
La OEA
En tanto, la Organización de Estados Americanos (OEA), advirtió que «cuando las mayorías eliminan los sistemas de pesos y contrapesos en el marco institucional, están alterando la esencia de funcionamiento del mismo».
Ante lo ocurrido, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) pidió a Bukele «garantizar la separación de poderes y el orden democrático».
«El presidente Bukele y sus aliados están usando su nueva mayoría en la Asamblea para destituir adversarios políticos. Éste es un claro ataque a las instituciones democráticas del país y una preocupante concentración de poder», comentó por su parte el presidente de la ONG Oficina en Washington para Asuntos de América Latina (WOLA), Geoff Thale.
El sábado por la noche, Bukele se mostró dispuesto a seguir trabajando con la comunidad internacional, pero aclaró: «Estamos limpiando nuestra casa y eso no es de su incumbencia».
Un grupo de ciudadanos se manifestó el domingo en una plaza de San Salvador contra las decisiones del Parlamento.
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