Panorama

Abril en la Historia: cuando la negación de elecciones provocó la Revolución de 1965

Redacción/ ElCorreo.do

SANTO DOMINGO: ¡Cómo pasa el tiempo! Este viernes 24 de abril se cumple el 55 aniversario de la Revolución de Abril de 1965, que costó alrededor de 5,000 vidas, provocó la segunda intervención militar de Estados Unidos en el siglo XX y un retroceso político que aún afecta la población dominicana.

Todo comenzó desde que los sectores retardatarios se convencieron, como ocurrió, del inminente triunfo electoral, el 20 de diciembre de 1962, del candidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), profesor Juan Bosch.

Una vez instalado el nuevo Gobierno, el 27 de febrero de 1963, un segmento de la Iglesia Católica y la oligarquía criolla orquestaron un plan de hostigamiento a la naciente administración, que inició con las llamadas “manifestación de reafirmación cristiana”, consistentes en concentraciones de ·cristianos defendiendo su fe, de la amenaza comunista del régimen.

Esa situación se prolongó durante siete meses, cuando en la madrugada del 25 de septiembre la cúpula militar dejada intacta por su comandante en jefe le destituyó en un Golpe de Estado incruento.

A partir de ahí la ingobernabilidad se hizo presente en cada instante, bajo la gobernanza de facto de un Triunvirato que antes de llegar diciembre el país fue testigo de cómo volvió a escuchar la palabra guerrilla y del exterminio de la mayoría de sus integrantes.

Consecuencia de esa masacre, el Triunvirato devino en sólo dos miembros, los que mostraron la capacidad de corrupción a que podía llegar la sed de poder y dinero de ilegítimos mandatario.

En este segundo Triunvirato creció la desorganización administrativa, viéndose atrapado en una maraña de contradicciones económicas y políticas que profundizaron su aislamiento político y motorizaron la división de las Fuerzas Armadas.

Desde que inició su ejercicio, el Triunvirato de 1964 dirigido por Donald Reid Cabral y Ramón Cáceres Troncoso, desconoció la promesa de que este año serían realizadas elecciones generales para retornar al carril democrático, elevando la irritación ciudadana.

Así, como nunca antes, el sector obrero y estudiantil enfrentaron con disposición las patrañas palaciegas, mediante la multiplicación de manifestaciones, realizadas a todo lo largo y ancho del territorio nacional.

En mayo de ese 1964, cuando se realizarían las elecciones, un Comité Nacional de Coordinación de las organizaciones sindicales reaccionó convocando a una huelga general, la que se extendió a la mayoría de barrios de la capital, formando barricadas para resistir la represión policial.

Junto a los enfrentamientos, los manifestantes lanzaban consignas dirigidas a mantener la lucha hasta lograr la expulsión del poder a los usurpadores del poder.

Otras protestas no menos importantes se produjeron La Romana, sede de la transnacional de capital estadounidense Gulf and Western, empresa dedicada a la producción de azúcar de caña.

Tras más de un año de resistencia permanente, llegó el año 1965 y en el mes de febrero, los sindicatos afiliados a la Confederación de Trabajadores Foupsa-Cesitrado celebraron un congreso, donde incluyeron entre sus demandas el restablecimiento de la Constitución de 1963, aprobado por la Asamblea Nacional durante el gobierno de Bosch, pero anulada su vigencia por el Triunvirato de dos miembros.

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La corrupción

La corrupción exhibida alcanzó tan alto nivel, que hasta sectores que apoyaron el derrocamiento de Bosch, respaldaron implícitamente a las protestas populares.

Esta situación llegó a su más nivel cuando de manera descarada se anunció la constitución de la compañía por acciones denominada “Cantina Policía Nacional, C. Por A”, con un capital autorizado por el entonces jefe de la Policía Nacional, general de brigada Belisario Peguero Guerrero.

El Triunvirato trató de mejorar su situación económica legislando para restringir las importaciones, estableciendo que los importadores debían depositar, además de los impuestos aduanales, un 40% del valor de las importaciones, provocando el incremento del contrabando y la inflación.

A partir de aquí, el descontento del sostén político y económico del Triunvirato fue aumentando cada vez más, lo que dio impulso a la conspiración militar-policial que se desarrollaba desde muchos meses en los cuarteles.

Los complotados estaban liderados por los coronel Rafael Fernández Domínguez y Hernando Ramírez, entre otros oficiales superiores, subalternos, clases y alistados.

Para comienzos de 1965, al Triunvirato sólo lo mantenía en el poder los Estados Unidos, lo que animó al triunviro Reid Cabral a expresar “por lo bajo”, su intención de mantenerse en el cargo mediante unos comicios “acomodados”, y así “legitimarse”.

Aunque los complotados militares mantenían al tanto de su acciones, a los partidos afines a sus propósitos, cuando se hizo público las intenciones de Donald Reid, tanto el PRD y el Partido Revolucionario Social Cristiano (PRSC), promovieron un plan que inició con la consigna de “Vuelta a la constitucionalidad sin elecciones” y “restablecimiento de la constitución de 1963”.

Así, en el 24 de abril de 1965, comenzó el fin del oprobioso Triunvirato, uno de los regímenes más corruptos que ha tenido el país, el que devino en guerra patria por la intervención militar de Estados Unidos.

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