A un año de iniciarse la debacle del PLD con primarias conflictivas, mayoría señala a Danilo Medina como el gran culpable
Por Juan Acosta

Redacción/elCorreo.do
SANTO DOMINGO: Lo que se considera la génesis de la debacle electoral del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en los dos procesos comiciales de 2020, las primarias del 6 de octubre cumplen este martes un año, y con ellas el golpe más contundente sufrido por esa formación política en su historia de casi medio siglo.
El 6 de octubre de 2019 marca un antes y un después en el PLD, tras la celebración de sus primarias, las que contribuyeron a su salida del poder, luego de 16 años de Gobierno ininterrumpidos.
El enfrentamiento que en los últimos años era más que evidente entre Danilo Medina y Leonel Fernández, estalló tras la celebración de las primarias abiertas de esa organización, cuando este último alegó haber sido víctima de un fraude.
Fernández, primer presidente salido del PLD (1996-2000) y quien después duró ocho años seguidos (2004-2012), rechazó con firmeza junto a sus seguidores los resultados del proceso en el cual el exministro de Obras Públicas Gonzalo Castillo, auspiciado por Medina, venció al ex jefe de Estado por un margen menor al 1 %.
Luego de algo más de 15 días de exponer las que definió como componendas del Gobierno con la Junta Central Electoral (JCE), Fernández presentó su renuncia «irrevocable» al partido en el que militó por más de 46 años y presidió durante 20.
Desde entonces se dedica a fortalecer la organización que denominó Fuerza del Pueblo, sustentada en el cambio de nombre del Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD), la que abolió su denominación para asumir la organización de Fernández, quien la preside desde entonces y fue su candidato presidencial.
La vida imposible
Después del pacto de Juan Dolio de mayo de 2015, la presencia de Fernández no sólo como presidente del PLD, sino hasta de simple militante en su partido constituyó un obstáculo para la materialización de los planes inmediatos de Medina.
Cierto es que el PLD tuvo desprendimientos en varias oportunidades en los años en que su fundador y líder, el expresidente Juan Bosch, dirigía el partido y no era muy dado a las disidencias ni al aprovechamiento del poder para beneficio individual.
Empero, ninguna de esas rebeldías alcanzó la dimensión que registró la ocurrida con la al parecer bien calculada partida de Fernández del partido que lideró, por lo menos durante el tiempo en que se preservó el respeto a la jerarquía partidaria y los desacuerdos se analizaban internamente.
«El enfrentamiento entre las dos facciones y sobre todo el uso del poder que hizo el presidente Medina para aplastar a Leonel y a sus seguidores dentro del PLD, no le quedó más oportunidad al expresidente que irse de ese partido; eso ahora se muestra muy importante con respecto a la posición de la oposición de cara a las elecciones», comentó el politólogo Rafael Toribio.
La imposición como candidato del PLD que impulsó el presidente Medina fue abierta, tanto que “los otros pupilos” puestos a competir, se convirtieron las primeras víctimas de su propio mentor, argumentándose que no serían sus sellos gomígrafos al frente de la Cosa Pública, al menos la mayoría de ellos.
Una vez consumado “el triunfo” de Gonzalo, todos los recursos estatales se volcaron a su favor, importando poco los indicativos de las encuestas, especialmente las de mayor credibilidad, que pronosticaban la victoria del candidato opositor.
Pese a esto, articulistas “objetivos e imparciales” no sólo pronosticaban una clara victoria de “el Penco”, como lo definió Danilo, basado en la tesis de que la salida de Fernández “no se siente”.
Gonzalo Castillo fue elegido candidato por el presidente Medina, pero a pesar de su éxito en las primarias, no consiguió despegar nunca en las encuestas.
La oposición levantó sospechas de corrupción, que están por dilucidarse, por su gestión como ministro de Obras Públicas y por su espectacular enriquecimiento con su empresa de aviación, Helidosa, que según se afirma, habría sido favorecida con contratos públicos.
El candidato, con escasas dotes para la oratoria, no ha dado entrevistas y ha rehuido el debate, lo que ha sido aprovechado por sus rivales para crear en torno a él una imagen de falta de capacidad intelectual.
Otros analistas teorizaron acerca de las cualidades del “próspero empresario” que era Gonzalo.
“Gonzalo es muestra palpable de una nueva generación, de un “self made man”, ( un hombre que se hizo a sí mismo), de un líder político, que vino de abajo, formó su empresa, fue exitoso e hizo también una carrera política y de Estado, lo que atrae el segmento de los jóvenes votantes, profesionales y emprendedores, que se ven reflejados en el éxito de Gonzalo, quien aparece ante ellos como un rol modelo y la posibilidad real de emprendimientos bajo un nuevo orden económico”, argumentó uno.
Una predicción
Una contundente predicción fue la expuesta por el profesor Toribio, quien refirió que, si en los comicios se refleja lo publicado por las encuestas, Medina se convertiría en un «cadáver político», porque no puede ofrecer nada al interior del PLD, pues la Constitución le prohíbe presentarse «jamás» como candidato a la Presidencia o a la Vicepresidencia del país”.
«Una derrota del PLD no solo acrecienta a lo externo las posibilidades políticas futuras de Fernández, sino que abre la posibilidad de su posible retorno a ese partido, porque quienes lo hicieron salir fracasaron a la hora de las votaciones», agregó.
El exrector del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec) consideró, además, que es tal el «hartazgo» de la población contra el PLD, que si Castillo gana las elecciones en primera vuelta «nadie se lo creerá», a menos que se haya producido un «fraude colosal».
Toribio también entendió que el PLD se vería afectado «enormemente» en las votaciones por los «hechos de corrupción» que se le atribuyen en los últimos años al Gobierno y porque su candidato presidencial «no llenó las expectativas».
Situación atípica
La situación atípica que vivió el país y el mundo, panorama que aún se mantiene, quiso ser aprovechada por el oficialismo para promover su candidato presidencial, pero quedó al descubierto.
Por varios meses las noches fueron las aliadas del peledeismo, utilizando los planes sociales decididos por el Gobierno, distribuyen, de manera inexplicable electrodomésticos, más que raciones alimenticias.
Así, parte de los más de 7.5 millones de dominicanos hábiles para ejercer el derecho al voto tomaron lo que les daban y fueron llevados a votar por el oficialismo, sin saber que eran partidarios de Fernández o Abinader, camuflados de peledeistas “de corazón”.
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